Epílogo

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Todos los momentos posteriores se sintieron lentos; el despertar de los magos y archinagos de la consciencia, su vuelta a casa, aún aturdidos por lo que pudo pasar, por el portal que Flem se permitió volver a abrir, los miembros del consejo hablando con Salamandra y Jonás, sorprendidos por su aspecto, acerca de los hechos ocurridos en la torre...

El grupo de amigos no pudo evitar sentirse aún incomodos cuando vieron que no se llevaban a Laidden ni a Jasmin fuera de allí, su siguiente parada iba a ser un juicio, para poder comenzar una vida en donde quiera que les mandasen. Aunque el veredicto de Jasmin iba a ser más difícil de decidir al ser una menor.

-Gracias por todo, Salamandra y Jonás, now Gustaría mucho ayudaros con los estropicios de la escuela...

-No se moleste, nosotros nos ocupamos. Ahora que se llevan a esos dos fuera de aquí no tenemos mucho hacer que hacer, y no permitiremos que los demás estudiantes que fueron evacuados antes de que pasara esto vuelvan hasta que todo este bien.- comentó la mujer en esu cuerpo de muchacha.

-Me parece correcto.

-No sé cómo lo conseguís pero siempre hay algún problema en esta escuela de hechicería. - comentó una mujer perteneciente también del consejo.

-Eso me pregunto yo, aunque defendiendo mi casa, no ha sido culpa mía que un aprendiz de un mago negro esté suelto. Aquí sólo se gradúan magos consagrados.-sonrío Jonás.

La mujer no dijo nada, aunque no podía enfadarse con él, ella lo había dado la oportunidad de atacar. Se despidió y pasó por el portal seguida de un par de personas más. Su compañero que había presenciado la escena no pudo evitar sonreír. De seguido los miró.

-Si necesitan cualquier cosa, llámenos.

-Gracias, así será si se da el caso.

A un lado de la habitación estaba apoyado en la pared un Flem cruzado de brazos, miraba a un punto determinado de la habitación, pensando si debía de ir o no. Jamsin estaba de rodillas y con la cabeza gacha. A pesar de todo lo que había pasado con ella, a pesar de ser consciente de que el corazón de la persona que una vez fue su amiga estaba envenenado por el deseo de poder, sentía pena. Habían pasado muchos momentos juntos, y aunque ambos se picaban mutuamente, nunca pensó que sus bromas se las tomaba en serio. "Eran bromas" pensó. En parte se sentía culpable. Bajó la mirada y suspiró sin saber qué hacer. No Le quedaba mucho tiempo.

-Ve con ella. Tus palabras la ayudarán a despertar de la pesadilla.-le susurró Lis poniéndose a su lado.

-No merece nada...

-No podemos vivir en el odio y en el rencor. Créeme que a mi me duele también, pero considero que todos comentemos errores, y ella se ha dado cuenta de que lo ha perdido todo. No creo que quiera volver a hacer el mal, creo que intentará sanar esa sed de poderío.

-¿Desde cuándo la has perdonado?

-No lo hice, aún no. Y puede que una gran parte de mi en un futuro la perdone del todo... Pero no soporto verla así... Mi madre tenía razón... Aún somos demasiado jóvenes y cometemos errores, algunos muy grandes, la diferencia de madurar es que después sepas solucionar el problema o aceptarlo, darte cuenta en lo que has fallado para no repetirlo.

-Creo que voy a ir... Más que nada porque me estás pegando la cursileria.

-Y encima que te ayudo... - Le sacó la lengua.

-Ahora vuelvo.-el muchacho la miró, en aquel momento esos ojos no radiaban de aburrimiento, no de egocentrismo, sino que mostraban pena y a la vez una pizca de esperanza e ilusión.

CRÓNICAS DE LA TORRE V: VUELTA ATRÁS (CORRECCIÓN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora