La Academia era exageradamente grande, lo primero que pensó Renée fue que no tardaría en perderse. Además las habitaciones se separaban según las especies, y a su vez se dividían en mujeres y hombres.
Renée comprobó que había muchos "monstruos" allí, desde brujas y demonios, hasta sirenas y ángeles. Se preguntó si existirían los fantasmas, ella siempre había peleado con sus amigas humanas, afirmando que los espíritus eran reales.
Observó que los ángeles poseían unas grandes alas blancas, lo que le pareció extraño fue que Ian no las tenia. Todos los que pasaban los observaban de forma hostil, Renée supuso que se debía a su condición de mujer lobo, pero no sabia que se debía al joven que la acompañaba.
-Es un instituto enorme, debes tener muchos amigos aquí, ¿Cierto?- Le preguntó de manera amigable Renée a Ian.
-De hecho no, como te he dicho, las personas aquí son algo complicadas. Deberíamos apurarnos, la conferencia que dan al comienzo de todos los años esta por empezar.- Respondió mientras se adelantaba. Sin duda quería cambiar de tema lo más rápido posible.
La sala de conferencias era enorme, tendría el mismo tamaño que un gran departamento. Estaba repleto de luces y de sillas, un atril se elevaba al frente del salón y sobre el había una mujer, de rostro angelical.
Las sillas también se separaban según la especie, así que Renée se despidió de Ian. Se acercó hacia los hombres lobos y noto que allí no habría mas de cinco personas. ¿Si los hombres lobos eran tan famosos en los cines, por qué en realidad no había tantos?
Renée se sentó al lado de un joven que tenia el ceño fruncido y los brazos cruzados, parecía un poco agresivo. Cuando la chica se sentó junto a él, la observó de arriba a abajo.
-Buenos días a todos los que están aquí presentes, tengo el honor de presentarme. Mi nombre es Harriet Howland, y soy la directora de la Academia. Les doy la bienvenida a todos, tengo una gran noticia que comunicarles. Este año, a diferencia de los demás, se hará elección de una persona de cada especie, esas personas deben ser fuertes, inteligentes y muy valientes.- Comenzó a decir la mujer rubia con una voz suave y tranquila.
Un fuerte barullo comenzó a sonar en el salón, todos se miraban con confusión.
-¡Silencio por favor! Lamentablemente no puedo comunicarles ahora mismo las razones de dicha elección, solo les pido que se esfuercen por ser los mejores. Los ayudaremos a desarrollar sus poderes, tanto los propios de la especie, como los personales. Sin más que agregar, les recuerdo que la discriminación esta prohibida. Y tampoco se permite salir de los limites del Instituto, aquel que lo haga, sera duramente castigado. Sin más, sean bienvenidos.- Termino de decir Harriet.
El discurso había sido muy corto, y las personas comenzaron a levantarse e irse. Sin embargo, muchos quedaban charlando sobre lo que había dicho la directora.
-¿Disculpa, pero a que se refería con los poderes personales?- Preguntó Renée al joven sentado a su lado.
-¿Acaso eres idiota o finges? Todos tenemos un poder personal, el mío es el llamado- Dijo el chico. De pronto levanto una mano y atrajo la silla vacía que se encontraba frente a él.
-¡Eso es genial!- Exclamo Renée, maravillada.
-De seguro que aún no conoces el tuyo, no eres mas que una novata, eso se nota. Por cierto, mi nombre es Chase, Chase Dixon.- Se presento es joven, mientras sonreía de forma arrogante.
-Es un gusto, mi nombre es Renée Duvois. ¿Qué es eso de la elección?-
-Pues no tengo idea, pero estoy mas que seguro que quieren eliminar a los humanos- Respondió Chase mientras se reclinaba en la silla. Su rostro estaba inexpresivo.
-¿Qué? ¿Por qué querrían hacer eso?- Preguntó Renée asustada.
-Pues si que eres idiota. Es mas que obvio, esos humanos inservibles son la peste. Nuestro poder era mucho mas fuerte cuando nos tenían miedo y creían en nosotros. Pero con el paso del tiempo, dejamos de dar miedo. Comenzaron a burlarse de nosotros, a crear historias de amor y estúpidos libros. Ya no tienen miedo, ya no creen en nosotros, y nuestro poder se debilita. Pero si pudiéramos vencerlos, seriamos libres. No los necesitaríamos y podríamos vagar por el mundo de la forma en que nos plazca.- Respondió el hombre lobo mientras en sus ojos se reflejaba una chispa de esperanza. -Estoy seguro de que van a elegirme a mí.-
Renée solo se quedo mirando a la nada. Ella había sido una humana, su familia aún era humana. ¿Acaso debía renunciar a ellos? Había escuchado que los hombres lobos eran inmortales, por lo tanto en algún momento su familia ya no estaría, pero aún así, ella los amaba. ¿De verdad iba a desatarse una guerra entre humanos y monstruos?
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-¿Sabes si el infiltrado ya se encuentra en la Academia?- Preguntó una voz varonil.
-Si, señor. Y hará todo lo posible para ser uno de los elegidos. Debemos tener plena confianza en él.- Respondió una voz dulce y femenina.
-Eso espero. Quiero un espía en todo momento y que se me informe las decisiones de la señora Howland. Necesito saber quienes son los posibles candidatos a ser elegidos, y que poderes poseen. Debemos estar preparados, la lucha esta a punto de comenzar.- Exigió el hombre.
La mujer lo observo fijamente y asintió. Él era su líder, y ella estaba mas que segura que los llevaría a la victoria.
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Academia Sobrenatural
FantasyUna Academia en donde te enseñaran a usar tus poderes. Donde habitan seres extraños e inimaginables. Un lugar donde no están permitidos los seres humanos, y donde se están preparando para la guerra. Bienvenidos a Academia Sobrenatural