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Los días pasaban, eran algo aburrido con esas reglas..., pero no del todo gracias a mis amigos, ellos eran lo mejor que me había pasado, no me arrepiento de haber entrado a esta tonta escuela culera solo por haberlos conocido a ellos, de verdad que los quiero un montón.

Tenía un entrenamiento del equipo de béisbol después de clases, sería un importante partido, sin embargo nos habían castigado a toda la escuela porque alguien le dibujó un... nepe en la silla del gordis... nos pusieron una nueva regla, quien anduviera dándoselas de artista sería expulsado y no solo eso, todos los demás quedaríamos castigados hasta las siete... no sé qué culpa teníamos los demás, me caga Porky y su maldito padre.

Ni modo, me había perdido el entrenamiento, no se le podía hacer nada, me dio mucha impotencia y pena a la vez, demasiada... decidí caminar hasta mi casa para poder recuperarme.

Me pregunté cómo le iría a Tracy en sus clases y si tendrá la misma paciencia que yo...

―¡Hey Ness!―Dijo Poo quién venía acompañado por Jeff detrás de mí.

―¿Qué sucede? ―Les pregunté.

―¿Estás bien?

―Ps... perdí un entrenamiento más, están que me echan del equipo, ¿cómo crees que voy a estar?

―Estamos preocupados por ti Ness... ―Se incorporó jeff.

Me preguntaba por qué Paula no estaba con ellos.

―Gracias...

Poo se me acercó rápidamente y puso su brazo en mi hombro, me dio un par de palmaditas. ―Vamos, no nos gusta verte triste, ¿quieres ir a hacer algo para que se te quite esa pena?

―Oh dios, que buenos amigos tengo, pero nel, no tengo muchas ganas, que flojera, además ustedes dos son de los que hacen fiesta de té escuchando a Mozart.

―Ni siquiera eso es verdad Ness, pero se nos ocurría ir a molestar a Paula a su casa. ―Dijo Jeff.

―Hum..., no suena tan mala idea... ―dije.

Partimos a tocar el timbre de la casa de Paula de todos modos ella vive cerca de la escuela, Mandamos a Jeff a tocar el timbre y luego salir hechos unas bala yo y Poo para que no nos viera, pero siempre supe... desde que se me ocurrió aceptar "divertirme con ellos" supe, que ellos no servirían para eso, al menos Jeff era bien torpe, seguro nunca habían hecho algo así de divertido... si se puso todo nervioso cuando tocó él el timbre y se quedó como estúpido parado frente a la casa de Paula, mientras que yo y Poo nos ocultamos tras unos sotobosques.

―¿Qué haces aquí Jeff? ―Preguntó la chica con su rostro dudoso, como si supiera que algo no muy bueno se traía en mente, sus nervios lo delataron, esperaba que no nos delatara.

―¿Me prestas los apuntes de historia? ―Dijo él.

Paula rió un poco y le pidió a Jeff que fuese con ella a buscarlos, tardaron un montón y hasta se oía a Puala reír fuerte, Jeff se había olvidado de nosotros...

Pero en lo que esperábamos a Jeff yo y Poo nos sentamos a hablar y quejarnos de él. Estaba comenzando a oscurecer por lo que deseábamos que Jeff se diese cuenta que nos tenía esperando, pasaban los minutos eran como horas y temía que mi madre me fuese a regañar mucho más en casa.

―Oye Poo, ¿no te dirá nada en casa? ―Le pregunté.

―Pss, lo veo raro, nunca me han regañado por llegar tarde.

―Uff que suerte, mi mamá seguro me querrá colgar... pero ¿me acompañarías para que le expliques que nos dejaron hasta tarde? Le hacemos creer que apenitas y nos soltaron, es que a mi no me creerá.

Admirador secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora