Truenos y Relámpagos.

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La tormenta era cada vez más fuerte, mis gritos ya no se escuchaban a causa de los truenos que resonaban en el cielo y los grandes relámpagos. Cada uno de estos iluminaba la habitación de un color distinto; rosa, amarillo, azul. Podía ver por el poco espacio que me quedaba sobre su hombro, el techo iluminado con pequeñas figuras de tortugas las cuales las causaban una pequeña lámpara.

Él cada vez aumentaba más su ritmo, ahogando mis gemidos, no dejándome respirar. No era brusco, al contrario, era muy tierno.
Mordí su espalda en una de las embestidas. Me estaba por venir y pude notar que él también.

Un relámpago calló y luego un trueno resonó. Nuestros gemidos se encontraron, nuestras miradas también. Lo único que salió de nuestros labios en coro fue un "Te Amo".
Se recostó a mi lado y coloqué mi cabeza en su pecho descubierto, cerré los ojos y me dormí profundamente. Acababa de tener la mejor noche de mi vida, sin duda el era el hombre que buscaba.

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