Capitulo 5: Una tradición injusta.

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Capitulo 5: Una tradición injusta.




El caminó de vuelta al pueblo fue algo callado, pero no fue incómodo, los dos se sentían bien con la compañía del otro. Los dos caminaban mientras Cinthia llevaba a su caballo de las riendas, el bosque era tranquilo para los dos.

"Quiero ir directo a la casa de la montaña" dijo Cinthia. "No tengo ganas de ver a mi familia"

"Puedo hacer algo por ti?" Preguntó el macho queriendo hacerla feliz.

"Creo que solo me gustaría estar tranquila el resto del día, mañana mismo tenía pensado en salir he ir al templo del Guerrero, ahí están los escritos del último yautja que vino y quiero saber todo lo que tengas que decir"

"Con gusto te lo diré, igual será un honor saber más de este cazador"

Los dos llegaron al pueblo y dejaron al caballo en los establos para después ir de regresó a la casa de contención. Al llegar hicieron lo rutinario, tomaron turnos para asearse y la joven hizo de comer para los dos, hablaron sobre algunas cosas para conocerse mejor y mientras ella le resolvía dudas sobre su cultura y cosas de la humanidad en general. Y el le respondía algunas cosas que ella siempre había tenido la duda.

"Me estás diciendo que los niños entrenan casi desde que nacen?"

"Así es, desde pequeño los padres ya están entrenando a los cachorros para que mejoren sus sentidos, su oído, que no sean tímidos y eso, es muy importante para su desarrollo"

"Wow, y tus padres como eran, tienes hermanos?"

"No, nunca tuve hermanos, mis señores eran cazadores experimentados y eran muy pedidos en misiones de eliminar colmenas peligrosas, ellos murieron cuando aún no hacía mi chiva y mi nuevo señor me adoptó y terminó de entrenar y dar todo lo que necesitaba"

"Ho, lamentó la perdida de tus primeros padres"

"No lo lamentes, ellos murieron con mucho honor, están ahora al cuidado de Cetanu, estoy orgulloso de ellos" Cinthia asintió.

Terminaron de cenar y los dos se fueron a sentar en el porche de la casa, el viento era perfecto, las hojas del árbol caían de forma silenciosa y unas maderas decorativas se movían con suavidad. Los dos habían pasado del japonés a el Yautja y lo hablaron con suma facilidad, rieron un poco por un par de anécdotas que se contaron de cuando eran más jóvenes. Guan miró a la hermosa mujer sentada a su lado, miro sus largas piernas y su pelo lacio, ella era linda y su risa le sacaba una sonrisa. El aire comenzó a sentirse más frio pero ellos estaban tan metidos en su plática que no se dieron cuenta hasta que Cinthia se había sentado pegada a el costado del mayor, la piel caliente era un alivió en el aire frío y ese enorme brazo que le envolvía le hizo suspirar de alivio. Por que los Yautjas eran tan calientes? 

Guan miro a la joven a su lado y sonrió, acercando mas sus mandíbulas para dar una hinalada de su olor, recordando lo hermosa que se veía con el agua escurriendo en su cuerpo, sus tetas redondas, esas sensuales cicatrices. Sin darse cuenta comenzó a ronronear y Cinthia sonrió al sentir el fuerte vibrar del pecho del macho contra su cara, pero toda la calma se vio interrumpida por el sonido de una rama romperse. Guan se levanto de inmediato y miro a donde escucho el sonido, un humano llego caminando con paso calmado. 

"Tranquilo Guan" Le susurro la joven a el macho que se cruzo de brazos molesto por que fueron interrumpidos en su momento de paz 

"Señorita Cinthia, vengo a darle un mensaje de su padre, el líder del clan" Comento y le dio una carta. 

"Muchas gracias" Respondió con una reverencia y espero a que el hombre se fue despues de que este diera una respetuosa reverencia a los dos. Guan solo asintió a el saludo. 

Yautja Samurai.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora