calidez

8 0 1
                                    

{Autora: hoola chicos! Perdona por no haber subido capítulo, había estado algo ocupada peero ahora se avecinan las mejores partes, que lo disfruten ;) }

En ese instante, el mundo era solo yo y esa pared...egoísta no?
Ni siquiera me detuve a pensar que dijiste cuando me marché, solo lloraba y gritaba cortante, pues el nudo en mi garganta se extendía a lo ancho de mi garganta que se hundía con un golpe en el corazón, sentía que las rodillas me tambaleaban, así que me senté recargada a la pared tratando de calmarme, tapada con la capucha de mi sudadera.

Debí haber sido más fuerte, no tenía las agallas para ir y decirle "estoy bien" a la persona que más he amado incondicionalmente, no me habían enseñado a ser falsa, pero sí a superar...nunca me dijeron que un día sería útil.

Encerrada en mis propios pensamientos, escuché algo que no me esperaba que fue el primero en escuchar mi auxilio , el petirrojo. Alcé la cabeza y lo vi justo enfrente de mí silbando una tonadita muy similar a la canción que bailamos aquel día de la graduación César y yo.

En ese instante mis ojos pararon de llorar y de cierto modo me llega una tranquilidad que me diría que todo estaría bien que siempre hay una oportunidad que cambia absolutamente todo.

Así que me decidí a entrar a la habitación de César, no sabía hasta cuando tendría su mirada, así que quería recordarla chispeante con esa sonrisa tan suya.

Tome al petirrojo que pareciera que conociera nuestra historia y nos dijera !corran, que la vida les espera¡ Y lo lleve con César.

Al entrar estabas dormido, así que camine un poco más lento, para ello el petirrojo salió volando, rozando sus alas por tus manos, me senté a lado tuyo admirando tu tranquilidad, realmente era nuevo para mí, ya que siempre fuiste un chico extrovertido y capaz d lo que sea,  parecía solo...nuestro momento. Admiré tus manos, y recordaba su calidez y soltura para tocar el piano o escalar una montaña, tan...simpática tu forma de ser; después me enfoque en tu rostro, era todo para mí, me decía todo lo que habías pasado, tus alargadas pestañas castañas y tus pecas que moteaban tus pómulos, esa nariz respingada que tocaba cuando era invierno y no usaba guantes y tu respiración que era un silencio tan romántico y de repente...sólo existía tu boca, no sé si me encontraba todavía sentimental, o era el verte en tanta calma, pero en ese instante, sólo me recorrió la sensación de querer besarte, lento y suave, al límite de no despertarte pero quedará intacta mi presencia para siempre. Decidí tomar un poco de agua con los dedos y ya no tuvieras tan agrietados tus labios y como si fuera una partícula de nieve toque tus labios, no despertaste, y pensé que tampoco un beso lo haría, así que me acerqué con la misma calma con la que te cuide ese momento, llegue a tus labios y trate de contener la respiración después...te besé.

Mi corazón parecía estallar pero quería estar un momento más así, entonces sentí un suspiro tuyo y tú mano tras mi cuello en un movimiento ágil para no separarme de ti, abrí mis ojos y tú sonreiste, parecía un sueño dentro de una pesadilla.

Sonreiste y te mordiste el labio inferior mirándome con esos ojos chispeantes de siempre, me acercaste más para quedar nuestras frentes una con la otra y dijiste con una voz tenue que nunca olvidaré
-gracias.



Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 12, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Y si te digo que te amo? 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora