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Will, estaba agradecido con la albina, le había dicho que lo aceptaba, aunque fuera demonio. Ella era extremadamente buena y no merecía que los Gleeful le hicieran el daño que querían hacerle.

La albina miro al peliazul, este parecía pensativo, la chica deshizo las trenzas y se coloco frente a él; el cielo se estaba tornando de color anaranjado, ella debía volver con su tío y primos; lo sacudió levente, le encantaría volver a verlo, Will era muy agradable y sincero.

— Will, debo irme, se hace tarde — dijo sonriendo y Will la imitó — ¿Podemos vernos mañana otra vez? — pregunto mirándolo suplicante.

— Sí — dijo sonriendo, la chica chilló feliz.

— Traeré helado, de chocolate y nuez, sí — dijo la albina feliz. Will asintió igual. La chica se acerco a él, beso su mejilla y se alejó.

— ¡Adiós Will! — dijo sonriendo mientras se alejaba.

— ¡Adiós albina! — dijo y escuchó como la chica reía. Ella era sin dudas muy buena. Y le agradaba, ansiaba el día siguiente.

El demonio desapareció del bosque, podría ayudar a la chica cuando lis Gleeful quisieran Demostrarle su poderío ella parecía ser su amiga, y los amigos se ayudan. Al estar en la mansión Gleeful se apresuro. Los Gleeful darían el show en unas horas y el no había preparado nada.

— Will — dijo Mabel. — ¡Al fin apareces demonio inútil! — chilló molesta.

— Lo siento ama Mabel — dijo — pero estuve observando a la albina — mintió. Sí la estuvo observando, peto no para lo que le habían mandado.

— Oh bueno — dijo y chasqueo la lengua — Prepara todo para el show, ya — dijo y se alejó. Will se dio media vuelta y comenzó a preparar toso para el show.

Al llegar a la cabaña la albina sonrió, sus primos miraron la puerta y al verla suspiraron aliviados.

— ¡Hola Paci! ¡Hola Gi! — dijo sonriendo.

— ¿Tomaste fotos? — preguntó la rubia.

— Sí, pero me quedé dormida, acabo de despertar — dijo y rió levemente. Pacifica y Gideon rieron y negaron claramente divertidos.

— Iré a avisarle a papá — dijo Gideon y fue con su padre.

— Yo...iré a dejar la cámara — dijo y sonrió, Pacifica asintió y la albina corrió escaleras arriba, al llegar al cuarto, saco su álbum y en una hoja en blanco garabateó Will el demonio tierno pegó las fotos que le tomo y puso abajo de ellas Azulito. Sonrió, Will era muy tierno. Después de esas hojas escribió Bosque y pego todas las fotos que había tomado. Sonrió al ver las fotos.

Guardó el álbum y dejo la cámara en su mochila, sonrió entusiasmada, el lugar no dejaba de sorprenderla. Salió de la habitación y bajó a la cocina, miro el reloj en la pared 8:25 abrió el refrigerador y tomo el jugo de naranja. Tomo un vaso y sirvió la mitad.

— ¡Blanquita! — dijo Pacifica entrando a la cocina.

— ¿Qué pasa rubita? — preguntó la chica mientras tomaba del vaso.

— Umh...nada, sólo quería molestar. — rió y la albina rodó los ojos divertida.

— Wow, que amor — rió la chica. — Es bueno que me quieras tanto — dijo rodando los ojos Pacífica sonrió y la abrazó, la albina rió sonriendo.

Gideon entro al comedor y les sonrió, después entro su rió Bud, el cual tenia una caja de Pizza en mano.

— ¡¡Pizza!! — sonrió la albina encantada, su tío rió, y dejo la pizza en la mesa, los tres chicos se sentaron al instante Bud tomó cuatro platos y Pacífica cuatro casos junto a un refresco de la nevera.

Cenaron entre risas y pláticas felices como casi siempre era, el tío Bud contaba historias a los tres y estos escuchaban atentamente claramente entretenidos.

El hombre se levantó cuando hubo terminado su cena.

— No se duerman si no se duerman tarde chicos— dijo y salió de la cocina

— Y ahora...¿Qué hacemos? —  le pregunto la albina a sus primos, estos la miraron se estaban planteando algo.

— ¿Hablar...?— pregunto Gideom y Pacífica negó eso siempre lo hacían.

— ¿Qué tal si jugamos a algo?— preguntó Pacífica.

— ¡Yo tengo un monopoly! — chillo la chica feliz, Pacífica asintió drama rompe-amistades es lo que les hacía falta — también tengo Uno...pero eso es para otro día — sonrió y los tres se levantaron, llevaron al fregadero todo lo que utilizaron para cenar y después de terminar de lavarlo y acomodarlo, subieron a la habitación.

Una noche de juegos esperaba y romper su amistad; un poco; mientras jugaban.

Por su parte los gemelos tiernos estaban cenando junto a sus tíos en silencio claro está, nadie decía nada. No había nada importante que decir pero los gemelos esperaban que sus tíos les preguntaran por su plan para deshacerse de la linda y tierna albina.

Esa parte de Dipper que queria volver a verla ahora no hacía más que odiarla, la gente del pueblo parecía hablar mucho de ella estaba en cada esquina, en cada lugar donde estuvieran alguien mencionaba a la tierna y Dulce chica albina que estaba en la cabaña del misterio.

Sólo tenía dos o tres días en el pueblo ¿Cómo podía ser tan importante? La odiaba, con todo su ser, necesitaba demostrarle que ellos mandaban en el pueblo.

Y sus plegarias parecieron ser escuchadas cuando su tío Stan los miro; como si examinará si eran capaces de pensar en un plan; y carraspeo llamando la atención de todos.

— Chicos — dijo Stan y los gemelos lo miraron atentamente — ¿Cuál es el plan que tienen para la chica?—  preguntó y se acomodó en su silla, los gemelos se miraron entre sí una sonrisa una sonrisa maligna se había instalado en sus labios.

— Pues verás tío Stan — comenzó Mabel.—  En un principio queremos darle un escarmiento — dijo.

— Que vea quiénes mandan en el pueblo— sentenció el castaño— y como broche de oro, queremos hacer que el pueblo la odie — dijo y sonrío.

— Un escarmiento me parece apropiado — dijo Ford. Después de eso nadie dijo nada, el plan estaba hecho, así que ya no había nada que discutir.

Will no podía estar más triste, los gemelos eran, son y serán malvados no había ni una pizca de compasión por alguien en su ser si les estorbabas, se desharían de ti sin pensarlo dos veces.

Podría llamar los monstruos y tal vez sería un halago para esas personas tan viles y descaradas. En esos momentos deseaba ser fuerte, y poder oponerse a los gemelos pero no podía, no.

Y eso la hacía sentir aún peor.

Que cosas...¿No? Mientras unos se sentían muy, muy mal otros se regocijaban en felicidad y estaban tan cerca, tanto que si se giraban se podían ver.

Pero el ego y la sensación de sólo importó yo que los gemelos Gleeful tenían no les permitía ver más allá de ellos mismos, sonaría muy patético y egoísta pero así era y parecía ser siempre así.

Pero el demonio no dejaría que los gemelos la rompieron. No, él la iba a proteger.

¿Innocent?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora