QUATTOUR.

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"...¡Ay de mí, que estoy perdido, pues soy un hombre de labios impuros, y entre un pueblo de labios impuros habito: que al rey Yahvé Sebaot han visto mis ojos!". Entonces voló hacia mí uno de los serafines con una brasa en la mano, que con las tenazas había tomado de sobre el altar, y tocó mi boca y dijo: «He aquí que esto ha tocado tus labios: se ha retirado tu culpa, tu pecado está expiado.»
Isaías 6,5-7

Playlist: Eyes on fire ─ Blue foundation.

-YoonGi... Mi amor, volviste por mi. - susurró JiMin deteniendo sus pasos, YoonGi también dejó de caminar, alzó lentamente su mirada y acarició con suavidad el gatillo de su fusil, una ferviente rabia empezó a multiplicarse dentro de YoonGi. Alzó su mano para desprenderse de su mascara, tirando esta lejos para observar perfectamente a quién yacía frente a él.

JiMin por su parte sonreía ampliamente, con los enloquecidos ojos brillando en desesperación, uno de los orbes había sufrido un derrame y el color rojizo otorgaba una visión un tanto perturbadora, el gordo labio temblando, lagrimas iban deslizandose a los costado de esa extensa sonrisa, cómo dos finas cascadas que se perdían en la mandíbula de hombre de traje.

-Volvi... Pero no precisamente para gritarte mi amor eterno, y besarnos entre rosas, Park JiMin.- Las palabras fueron duras por parte del fugitivo del psiquiatrico, duras y frías, estas afectaron directamente al corazón enamorado de JiMin, pero no solo afectó al amor que Park sentía, si no a su lado mas salvaje y carente de humanidad, causando que el emisor del mensaje apretara los puños hasta que se enterró las uñas sobre la suave piel de las palmas.

-Debería ser así... ¿Es por HoSeok? - cuestionó JiMin dando dos pasos al frente, los músculos tensos y los molares comprimidos hasta que su cabeza dolió.

-Creo que ni en mil vidas vas a dejar esos malditos celos estúpidos, JiMin...creo que jamás te diste cuenta realmente de lo nuestro, y es triste...- YoonGi bajó la mirada a sus pies sucios y sangrientos, para entonces llevar la extremidad libre al fusil y con ambas sostenerlo para apuntar a JiMin.- Es triste que ni en la hora de tu muerte puedas entenderlo.

-No lo harás.- respondió JiMin seguro, dejando su pecho medio alzado, prácticamente invitando al contrario a que atacara con todo. Park entrecerró los ojos, visualizando de manera inquisitiva a su ex novio, quién tenia el rostro sucio pero inexpresivo, no había un brillo en sus ojos o ligera, ligera sonrisa, nada, entonces el ex preso dudó por un segundo de los nuevos sentimientos del rubio a por él. Le vió poner el dedo en el gatillo con toda tranquilidad y seguridad. ¿Será que YoonGi realmente ya no lo ama? ¿Estuvo esos tres años encerrado en falsas ilusiones? Pero ¿No estaba él también buscando destruir a YoonGi?

-En dos semanas una persona cambia ¿Cuánto crees que puede cambiar una persona en tres años, mi amor? Encerrado, tener una vida monótona, pastillas, terapia, paseo por las mismas partes, saber de memoria las preguntas que te hacen a diario, vivir un día una y otra vez... Por culpa de quién.- Min observó a su ex fijamente en lo que entrecerraba el orbe derecho, fijando su objetivo, la tensión cortaba el aire, ni el mismo viente se atrevía a hacer ruido. El menor al no obtener respuesta, gritó.-; ¿¡De quién!? - sus cabellos rubios se movieron ante el el repentino y brusco movimiento.

-Nos amamos....- Dijo JiMin, cómo una verdad imposible de desmentir, cómo si fuera un hecho, una ley, un mandato de Dios.

-¡No uses esa excusa estúpida, JiMin! -gritó Min, rearfirmó el agarre de su arma en manos temblorosas, el dedo sobre el gatillo casi palpitaba, acarició el objeto mortal cómo pensó que Eva acarició sutilmente antez la manzana prohibida, ante de darle el mordisco que causó un antes y después de todo.

The purge: Red wedding (JimSu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora