Hola ...

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2.001 - 28 de Febrero

No era un miércoles mas aquél día. Aquí iba yo de nuevo intentando empezar de una vez por todas mi reciente vida profesional.

Tenía 24 años y llevaba ya 9 meses de haber terminado la facultad sin conseguir arrancar un trabajo estable. Lo que toda la vida me habían dicho sobre ser exitoso era una fantasía de cuento de hadas....Como otra que ese año viví y hoy me tienen aquí escribiendo 18 años después.

Llegué en horario como a todo en mi vida. Nunca fuera de lo correcto ni de lo socialmente bien visto. Entro al local y veo dos chicas de mi edad que levantan la vista y una se acerca para saludarme. Me acompaña a la oficina de quien sería mi jefe directo. La otra empleada sigue en lo suyo pero las escucho murmurar cuando se cierra la puerta detrás de mí. En ese instante no imaginé que serían ellas mis compañeras de aventuras de uno de los años más inolvidables de mi vida.

Alberto me explica los horarios y lo que sería mi trabajo a partir de ese día. Ya me lo había comentado el contador de la empresa en la entrevista anterior. Por mi cabeza solo daban vueltas preguntas sin respuestas, miedo a un nuevo inicio y la necesidad de saber que me deparaba el destino. Siempre yo y mi estúpida creencia de pensar que al saber todo podría manejar lo que me pasara. Pero la palabra control se borró de mi diccionario unos minutos después. 

Con mi metro cincuenta y tres sigo los pasos de este señor altísimo que me acompaña hasta donde sería mi nueva oficina y se va. Dos escritorios y dos empleados...dónde iría yo? Alguien estaba de más...

-Hola soy Diego como estás?. Soy el encargado de la administración , ahora te explico lo que hago para que después que me vaya todo quede en tus manos...

-Carolina...un gusto...

Me siento a su lado en la silla que me indica y empezó a develarse el misterio de lo que se me venía. Había muchísimo trabajo atrasado, un nuevo sistema de contabilidad y con fechas vencidas de entregar informes para ayer. Quería salir corriendo porque llegaba para acomodar dos años de caos y estaba por enloquecer solo de pensarlo.

A media mañana hacemos un break  para un café y Diego llama al estudio contable para dejar mis datos como contacto para el trabajo de los próximos días...meses ...horas?...Quien sabe cuánto me quedaría si ya quería huír de ese tsunami... -Ufffff...resoplaba en mi mente...

-Te paso con Carolina que es la próxima encargada...Dale si...llamame y arreglamos para ir a jugar...anotame que me sumo...dale...

Aún inmersa en mis pensamientos de escape digno solo atino a decir :

-Hola mi nombre es Carolina Lizárraga, ¿con quien hablo?

Y escuché, detrás de un batifondo de festejo de oficina de quien sabe qué, una voz que con total naturalidad me saludó riéndose:

-Hola Carolina soy Pablo, estoy designado para tu cuenta en todo lo que sea impuestos, lo que necesites contá conmigo. No te escucho bien porque justo estamos festejando aquí mi cumple y por eso tanto ruido...

No se por qué solo atine como si nada decirle a un desconocido–Feliz cumpleaños entonces.... O sea...Dos palabras me dijo y yo toda suelta mando esa frase? Evidentemente me había pegado mal aquel café. Pero lo extraño fue su respuesta espontánea con sonrisa...

-Gracias Caro , que bueno conocerte. Cualquier cosa háblame si?

-Si si yo te llamo, gracias a vos...

Y desde aquél día siempre supe , no se cómo, lo que le pasaba con solo escuchar su voz decirme Hola...

El libro que nunca escribimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora