"Esta noche me voy a la disco, pero... cómo hago para escaparme?"
Clara pensó en decirle a su madre que iba a casa de una amiga... Pero recordó que no tenía amigas, luego pensó en escaparse por la ventana, pero sus padres ya habían colocado unos barrotes ahí, puesto que no era esta la primera vez que Clara pensaba en esa vía de escape. Qué hacer? Qué hacer?
-Tengo una idea-dijo Mimi- Dices que vas a la biblioteca.
- ¿De noche?
- Claro que no, te vas ahora, en la biblioteca haces tiempo hasta que sea de noche, allí mismo te cambias, y voi-là, al club.
Las ideas de Mimi eran las mejores, mientras Clara tenía una mente un poco infantil, con la cabeza en las nubes casi siempre, Mimi era la autora intelectual de la mayoría de las fechorías que hacían juntas. La señora Ramírez la llamaría "mala influencia", de no ser por que ella no podía verla, ni oírla, y no creía en su existencia. Pero Mimi era muy real, era una fuerza oculta, oscura, que se mostraba solo cuando quería, y a quien quería, y había escogido a Clara desde que era una pequeña niña, y hoy iba a lograr lo que desde hace tanto tiempo tenía planeado.Clara bajó las escaleras, y fue hacia la cocina, donde estaban sus padres, allí le pidió perdón a su mamá por haberle hecho pasar un mal rato, le dijo que fue un episodio aislado de enajenación mental, pero que no volvería a suceder. Que todo había sido desencadenado por el estrés de las pruebas en la facultad, pero ella iba a intentar ser fuerte, y vencer esas ilusiones que solo estaban en su cabeza, como le había enseñado el psiquiatra. Pero necesitaba urgentemente ir a la biblioteca, o iba a desaprobar todas las materias. La señora Ramírez se puso tan contenta por cómo su hija había recapacitado por sí sola, tan orgullosa de ese gran avance, que la dejó salir de la casa sola. Clara se dio la vuelta, caminó hacia la salida a pasos agigantados, no fuera que su madre se arrepintiera, se paró frente a la puerta, puso la mano en el picaporte dorado, cuando escuchó la voz de su madre:
-Espera...
"Oh, no, que hago?, salgo corriendo?"
- Toma, echa este sandwich en la mochila que luego no vienes a cenar, y te vas a quedar en los huesos... Un beso, a las 8 aquí, más tardar a las 8:30.
Jaja, a esa hora precisamente pensaba estar entrando en el club. Tendrían que buscarla con la policía, y hasta las 72 horas desaparecida, no tomarían la denuncia. La verdad es que solo planeaba escaparse unas pocas horas, no más de 12.Así hizo Clara, estuvo unas 3 horas en la biblioteca, se puso la ropa que traía en la mochila, y se dirigió al club. El guardia de seguridad le pidió que mostrara su identificación, porque a pesar de tener la edad mínima para beber, tenía cara de niña... Y al fin, logró ver como era un club por dentro.
La mayoría de las chicas que conocía ya habían estado antes en la disco, con identificaciones falsas, pero ella, además de no poder salir de su casa de noche, no tenía amigos que pudieran falsificarle documentos.
Todo estaba muy oscuro, de pronto unas luces dejaban ver algo, pero pestañeaban demasiado, no podía ver casi nada, hasta que un par de minutos más tarde sus ojos se acostumbraron. La música estaba muy alta, y el bum-bum del bajo latía en su pecho más fuerte que su corazón. Entonces vio, sentada junto a la barra, a su gran amiga Mimi. Corrió hacia ella:
-Mimi, qué bebes?
-Una piña colada, pídete una.
Y fue una, y dos, y tres, y cuatro...
Ya pasada más de una hora, llegó al club David, andaba buscando a Marla, sabía que le había mentido diciendo que no podía salir, pero iba a estar en este club, para verse con otro chico. ¿Que cómo lo supo? Pues alguien, muy a la antigua, había deslizado una nota anónima bajo su puerta.
Cuando Clara lo vió se volvió como loca. Estaba allí, el chico con el que había soñado tanto tiempo, desde que estaban en la preparatoria. Pero como nunca se había atrevido tan siquiera a hablarle, esta noche no iba a ser la primera vez que lo hiciera.
- ¿Qué esperas para hablarle? Yo te lo traje, hay un ambiente especial, así que atrévete...-le dijo Mimi
- ¿ Que tu lo trajiste? ¿Cómo?
- Digamos que con una pequeña nota... Pero no pierdas más tiempo!!! Ve y háblale!
"Está bien, yo iré y hablaré con él..."
Pero justamente cuando se iba acercando a David, este vio a Marla besándose con otro, con un trago en la mano, y se veía muy feliz.
- PUTAAAA!!!- gritó David. Acercándose a ella le dijo - Ese hombre que está ahí contigo, no va a vivir para hacer el cuento.-Extrajo una pistola que escondía en su pantalón y disparó, luego se echó a correr hacia la salida.
Clara quedó estupefacta, confundida, muerta de miedo... paralizada. Mimi la agarró por el brazo y se la llevó a la azotea, a salvo.
-¿Qué hacemos aquí?
-Ay, Clara. ¿No te das cuenta? Lo que acaba de hacer David por Marla, es algo que nadie hará jamás por ti, tienes que saberlo. No vale la pena, nadie te va a amar, nadie te va a extrañar si no estás, nadie va a estar ahí para ti, nadie va a ser capaz de matar por ti. No vales nada...
-Tienes razón, si me voy nadie me va a extrañar... Pero... aunque sea, voy a dejar una nota, por mis padres...
Clara tomó una post-it, escribió unas breves palabras, arrugó el papel en su puño, se despidió de Mimi, y se lanzó al vacío, mientras el Espíritu de Soledad la miraba sonriente caer desde un cuarto piso, saboreando la victoria en sus demoniacos labios...
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