Prólogo

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-Catherine Lux.

Mi nombre resonó por toda la sala, me levanté de mi lugar alejándome de mis padres y me presenté en medio del revuelo formado por los presentes.

El consejo iba a encomendarme el milagro que debía llevar a cabo para conseguir mis alas, miles de rumores de mi destino vagaban por las bocas de los miles de ángeles reunidos en esta sala, pero mi destino iba a ser decidido por la gran brújula.

-Como todos los aquí presentes sabemos.- Comenzó a decir el ángel más añejo.- Hoy Catherine ha sido elegida por su pureza un gran milagro.

-¿Estas preparada?- Pregunto el Supremo.

-Lo estoy.- Respondí segura.

-A día de hoy, miles de ángeles no han conseguido su cometido y han olvidado su verdadera identidad.- Hizo una pausa el más joven del consejo.- Se han perdido en la vida mundana dejando de lado su milagro y siendo consumidos por el mal que reside en la persona a la que han de ayudar.

-Cuando un ángel pasa demasiado tiempo en la tierra sin llevar a cabo su milagro o fracasa, este pierde su esencia pura y se enreda en la vida mundana como si de allí hubiese sido toda su vida hasta su muerte olvidando su verdadera familia.

-Muchos ángeles aquí presentes han perdido amigos y familiares por esos motivos.

Mi hermano a sido uno de ellos.

-Hoy la gran brújula, decidirá el destino de Catherine.

-Por favor, acércate y pon tus manos sobre ella.- Dijo el más anciano.

La sala quedó en completo silencio, todos miraban atónitos para averiguar mi milagro y si sería capaz de hacerlo.

Así que hice lo que me pidió, me acerqué y puse mis manos sobre ella. La aguja de la brújula comenzó a girar desbocada, buscando a la persona que debía ayudar. Esta frenó en seco y separé mis manos de ella para finalmente encontrarme con un joven.

La imagen del chico era clara, estaba fumando un cigarrillo mientras una chica le acompañaba.

Era muy atractivo, sus facciones estaban marcadas, su cabello oscuro y ojos cristalinos me harían fácil encontrarlo, incluyendo un tatuaje en su cuello que sobresale por su camiseta.

-Deberás encontrarlo y liberar su corazón lleno de odio.

-Lo aré.- Dije segura.

-Se te asignará una vida mundana que estará gravada en tu cabeza una vez despiertes allí, tendrás una familia nueva que una vez consigas tu propósito será como si nunca hubieses existido, no dejes que esa falsa vida te posea.

-No lo permitiré.

-Y recuerda..- Añadió el supremo.- Está completamente prohibido relacionarse con algún ángel perdido.

Tras decir eso una cálida luz envolvió mi cuerpo haciéndome entrar en un ligero sueño.

Save Me Ángel...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora