Hasta que la realidad nos separe!

Prólogo

Hay una frase célebre que dice "Cuando una mujer decide cambiar su cabello, prepárate porque cambiará cosas aún más grandes".

Si nos ponemos a pensar, en realidad suena estúpido e infantil. Pero es la verdad.
Para la mayor parte de la población femenina, el cabello no es una parte más del cuerpo, es un accesorio muy importante el cual creemos que define nuestra imagen.
Como mujeres tenemos la creencia de que nuestro cabello refleja quiénes somos en realidad. Lacio, rizado, largo, corto, moreno, pelirrojo, con canas e incluso la falta de éste.

Nuestro cabello define nuestra personalidad... ¿O nuestra personalidad define nuestro corte?

Un cambio de look para nosotras es como gritarle al mundo que estamos listas para comenzar un nuevo capítulo en nuestras vidas, puede ser gracias a un corazón roto; la muerte de un familiar, amigo o mascota; un despido o simplemente tuviste ese impulso de querer hacer algo grande con tu vida, de cualquier forma es un borrón y cuenta nueva, es dejar atrás algo y de alguna forma convertirnos en una versión 2.0 de nosotras mismas, la versión "Mejorada".

El camino para encontrarnos a nosotros mismos siempre ha Sido un camino largo y estrecho, lleno de curvas, desvíos y distracciones; y en el trayecto para llegar al final de ese camino, nuestro cabello puede verse sometido a distintos cambios que marcan nuestro proceso.

Cuando tenía 9 años (realmente no sé si fue petición mía o de mis padres), me cortaron el pelo al ras de la barbilla, sea quien sea al que se le hubiese ocurrido tal idea, todos creímos que sería lindo y se vería bien en mí... Ciertamente nos equivocamos. Desde esa vez me prometí a mí misma que dejaría crecer mi cabello y que no lo volvería a cortar de esa forma.
Hoy, casi 10 años después, lo llevo arriba de los hombros... ¡Y me encanta! No es el primer corte o cambio de estilo, y es definitivo que no será el último, ciertamente aún no he llegado al final del camino y sé que me falta mucho por recorrer.