"Súper Mejores Amigos"

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Capítulo I

Super mejores amigos.

Era una mañana fría en South Park y, a pesar de las constantes súplicas del pelinegro hacia su madre, nada logró convencerla para quedarse en casa.

-Estoy enfermo...-. Le dijo, simulando toces poco creíbles, su madre arqueó una ceja, mirándolo con las manos en las caderas.

-Estuviste enfermo hace una semana-. Habló su madre, despojandolo de aquellas suaves cobijas, Stan gimió con molestia, encogiéndose en su lugar.

-Me enfermé de nuevo...-. Murmuró, aún medio dormido, retorciéndose por el frío.

-Ni creas que faltaras otra vez, Stan--. En un descuido, el pelinegro le arrebató las sábanas de las manos y se tapó rápidamente con éstas.
-¡Stanley!-.

-¡Hace frío!-. Se quejó el chico bajo ese revoltijo de mantas, la mujer, ya bastante molesta, volvió a dar un tirón a las cobijas, provocando con el acto que el muchacho cayera al suelo.

-¡Vas a ir a la escuela y es mi última palabra!-. Sin más la mujer salió de la habitación, dejando a un adolorido Stanley maldiciendo por lo bajo.

-Mierda... -. Se levantó con pereza del suelo, dirigiéndose al closet en busca de la ropa que usaba comúnmente.

La razón por la que no quería poner un pie en la escuela era por su mejor amigo, no sabía la razón, pero se sentía y actuaba diferente cuando estaba cerca del judío, por tal razón faltó toda una semana, dedicándose a organizar sus pensamientos, buscar una razón lógica para tales emociones, sin encontrar resultado alguno.

Suspiró agotado, su cabeza comenzaba a doler nuevamente.

Cuando ya estuvo listo posó su vista en el estante a su izquierda, sería un día duro, así que abrió el segundo cajón y guardó en el bolsillo de su pantalón una pequeña botella de alcohol, sólo por si las dudas.

Bajó a paso lento las escaleras, no tenía ganas de ir a la escuela y no iba a aparentar tenerlas, su madre lo miró severa mientras lo llamaba a la mesa, se sentó desganado, inspeccionando con la vista los waffles que su padre había preparado, estaba cortando un pequeño trozo cuando alguien tocó la puerta.

-¿Quién será a estas horas?-. Su padre salía a toda prisa de la cocina, dispuesto a abrir la puerta.

-Tranquilo Randy, yo atiendo-. Sharon le sonrió mientras se levantaba y abría la puerta.
-¿Si?-.

-Hola señora Marsh ¿se encuentra Stan? Vamos a irnos juntos a la escuela hoy-. El pelinegro levantó la vista automáticamente, esa voz...

-Oh, hola Kyle, está desayunando ahora mismo, irá a clases hoy, así que pue--.

-No se preocupe, puedo esperar-. El chico le sonrió, mientras, Stan tragaba en seco un pedazo de su waffle.

-Esta bien...-. Cerró la puerta con lentitud, girándose para ver a su hijo.
-Stan, tu amigo te está esperando-. Su madre lo miró con extrañeza al ver como engullía todo con una rapidez inhumana.

-¡Terminé!-. Gritó Stan mientras tomaba su gorro y se lo colocaba torpemente, respiró hondo frente a la puerta y la abrió con seguridad y tranquilidad, su madre veía algo perpleja el extraño comportamiento de su hijo hasta que la risa de Shelly la despistó.

-Esos mojones son tan gays~-. Dijo antes de volver a reír.

[...]

"𝙿𝚛𝚘𝚖𝚒𝚜𝚎 𝚘𝚏 𝙲𝚑𝚒𝚕𝚍𝚛𝚎𝚗" 𝚂𝚝𝚢𝚕𝚎 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora