Holi.
A estas alturas ya sabréis de que va esto, pero lo explico.
34 autoras (todas maravillosas, por cierto) nos hemos dado el gusto de hacer una tanda de OS para vosotrxs, queridxs lectorxs. (Y para nosotras también, jeje).
Nos hemos dividido en 7 grupos aleatorios, y nos hemos repartido 7 imágenes al azar a partir de las cuales cada una tendría que escribir su OS.
¿La mía? ¡La de arriba!
Aviso a navegantes:
• No sé nada de ballet, pero nada, nada. 0. Completamente nula. Asique he intentado hacer las descripciones de las posturas y la competición así un poco como me lo imaginaba.
• Se menciona una escena de sexo. No es nada demasiado explícito, pero bueno, estáis avisadxs.
Ahora si. ¡Disfrutad!
- Mimi, fuera de la clase, llegaste a un punto en el que ya eres un estorbo hasta para mi vista. Eres, eres... ¡Un cuadro!
-Per-
-¡Chao!
El sonido de la puerta al cerrarse rompe el suave silencio en el que acostumbra a estar la sala. La gente observa con cuidado los siguientes movimientos del profesor, quién mantiene los músculos en tensión y la cara algo roja. Está alterado, y cuando Ricky Merino está alterado no queda otra que entrar en el juego de sálvese quién pueda; apoquinar, callarse y obedecer, o estalla de un momento a otro. Su personalidad es genial, pero su carácter una bomba de relojería.
-Chicos, lo que acaba de pasar con Mimi que no se repita, por favor. La fecha para la selección de los que participarán en la competencia de Toulouse está a la vuelta de la esquina, un fallo como ese será pagado con el precio de no poder optar a las elecciones de los candidatos, ya lo sabéis.
Todas y cada una de las miradas están puestas sobre el profesor, quién finaliza la clase con un escueto "hemos terminado por hoy" aún con el cabreo en las venas, y ve como los jóvenes se van retirando, muchos de ellos deseando darse una buena ducha y muchos otros con bostezos que llevan un buen rato en su garganta. Sabe que entrenar hasta tan tarde es duro, pero ahora más que nunca necesitan toda la práctica posible.
- Raoul, Agoney, ¿Podéis quedaros un momento?
Ambos, uno al lado del otro mientras charlan en bajito, se giran para ver a Ricky. Les dedica una sonrisa para calmarles un poco y avanza a su encuentro, evitando que den unos cuantos pasos más para los que no está seguro si les quedan fuerzas.
-Chicos, cuento con vosotros para la prueba, ¿Verdad?
Se miran. Saben porqué se lo pregunta, saben que necesita un dúo principal y saben que son los mejores de la clase, que con la complicidad que ambos tienen no les sería difícil interpretar ninguna canción, y saben también lo importante que es esa competición para la persona que tienen delante. Pero no lo dicen en voz alta.
No hace falta.
No cuando han aprendido a decírselo todo con la mirada.
Creen que han oído hablar mil veces, desde que entraron, sobre ese festival, y en cierto modo es algo que llevan esperando desde que bailan en la escuela , lo cual llevan haciendo casi el mismo tiempo, necesitando cumplir los ansiados dieciocho para triunfar en la Francia de la que tantas veces han hablado sus compañeras y compañeros.
Cómo había pasado el tiempo desde entonces.
Raoul recuerda perfectamente el día que se enamoró del ballet y, por consiguiente, entró en La Academia.