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- Sí, yo jamás dejare de quererte...-me besa, y yo pues, ESPERA, ME ESTA BESANDO? Le sigo el beso.

Creo que voy a cambia de diagnóstico, estoy enamorada, tanto que creo que podría llegar a hacer cualquier cosa si ella me o pidiera. Y eso me encanta, me encanta estar enamorado, ahora entiendo las ansias de vivir que tienen los humanos, jamás dejare que se acabe ente sentimiento, si hace falta me la llevare con migo cuando mi condena acabe.

- Lo siento Peter yo, yo no debería haber hecho, no tendría que haber ocurrido, yo no, no hago más que ser...- le acaricio para que pare.

- Shhh, tú no has hecho nada malo, no sé si se debe hacer así, pero he he enamorado de ti, y no sé cómo continuar con ello, jamás me había pasado, pero te llevare conmigo por tal que esto sea para siempre.

- Me alegro que sea así, pero yo ya he hecho mi trabajo pringado.-se va riéndose.

- Pero yo te quiero, y tú a mí, porque haces esto?

- El destino chaval, el destino. Yo solo cumplo órdenes. Y esto es solo el principio para que puedas volver a casa.- se ríe como una maníaca.

- Esto no puede ser, es un error, estoy soñando, no es verdad.- empieza a pellizcarme para despertar.

- Si lo es, deja ya de ser tan quejica y afronta la realidad, estas solo y si no empiezas a comportarte los que te observan jamás te dejaran volver a tu hogar.

- Ellos han tomado la decisión de enviarte aquí, yo tomare la mía.- y acto seguido cogí la única arma que podía matarme, forjada del mismo lugar de donde me sacaron a mí y me arrebate la vida para finalizar con esta batalla que jamás iba a ganar.

Alas rotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora