Pov Narrador
Los años habían pasado, y los niños ya no eran tan niños como la última vez que se habían visto. Por un lado, Jeon había dejado de ser el chico tierno del que Taehyung se enamoró, ahora era más bien...Una bestia, en muchos sentidos, pues su cuerpo cambio de una forma tan irracional.
Un chico fornido, de gran tamaño, fuertes brazos, abdomen marcada y mirada asesina, si no me creen después le daremos una pequeña visita a sus fotos de instagram...
Dejando de lado a la bestia en la que el pequeño jungkookie, forma cariñosa en la que lo llamaba Tae cuando hablaba de él, creció demos un vistazo al brujito.
Taehyung, por su lado, se acababa de teñir, no se había esforzado tanto en su cuerpo. Después de los diez años, se mantuvo escapando y escondido en la casa de una sanadora, que lo cuidaba muy bien pero también le enseñaba los pros y contras de la magia que poseían. el menor estaba acostumbrado a vivir con lo justo y necesario, muchas veces solo lo justo, por lo que tenia ciertos conocimientos de la supervivencia. A sus casi veinte años ya era todo un adulto responsable o bueno eso pensaba una a primera vista.
Mientras Jeon, parecía esas panteras o serpientes venenosas que cualquier palabra equivocada o error que cometes en su contra, te comerá y hará tu vida imposible.
Lunes 1 de Enero.
Una vez más, Taehyung había sido despedido de su empleo por no aceptar una cita con un cliente matutino que siempre propagandeaba el local, pero ¡No era su culpa! Ese idiota, si solo hubiese sido más amable y cordial, tal vez aún tendría su empleo.
Mientras caminaba por la vereda, se puso a pensar en algún otro local que necesitara empleados, si no encontraba uno pronto ¿Como mantendría a ocho niños que recién estaban saliendo de la mierda que les dio la vida?. Sentía tanto malestar y tristeza, realmente quería a esos chicos, defraudarlos era lo ultimo que pensaba hacer.
Al doblar para cruzar la calle ni se fijo en el semáforo, aunque el conductor del auto que venia más o menos rápido tampoco, por eso mismo cuando ambos se miraron se escucharon los frenos rechinar, la goma de las ruedas siendo frenadas de golpe. Cuando el auto ya se había detenido, el hombre que manejaba bajo furioso y nervioso, viendo que a solo centímetros de su carrocería estaba el peatón, abrazando sus piernas y temblando, tenia los ojos cerrados pero de igual forma se veía que lloraba.
-Disculpe, ¿se encuentra bien?- No hubo respuesta -Hey, no te sucedió nada, ninguno de los dos salió herido- pero tampoco paso nada, el chico parecía estar petrificado llorando, así que lo único que pensó el conductor fue arrodillarse frente a él y tocar su hombro, nada. Entonces, suspiro -Mierda...- y de un momento a otro, el llano paro, lentamente el menor levantaba la cabeza para ver de quien se trataba y al estar cara a cara, pensó que se trataba de un sueño. -Taehyung- susurro
-¡Suga!- el menor se abalanzo sobre su hyung, abrazándolo con fuerza y sonriendo, este chico si que era bipolar...
-Que demonios te sucede, ¿Como puedes pasar de estar llorando desconsoladamente a sonreírme de esa forma?- el mayor parecía muy molesto -Ahg, pequeño...si que te extrañe- confesó, correspondiendo al abrazo y al ver eso, la gente que anteriormente se había reunido para ver que sucedía ahora se alejaba algo molesta por no tener su querido drama.
Después de eso, Min Yoongi o Suga, apodo que le había dado Taehyung la primera vez que lo vio, lo llevo hasta su casa el camino no estuvo para nada silencioso pues se contaron todas las cosas que recordaban, entre ellas que Min estaba casado y ya esperaba un niño por parte de su pareja, mientras que Kim sudaba miedo si su amigo llegaba a pensar algo erróneo si veía a los ocho niños recibirlo como si fuera su madre.
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Brujito || kookv
FanfictionLos gatos negros siempre traen mala suerte, o al menos eso es lo que pensaba Jungkook.