Ella que creía que ser ella era algo malo.
Ella que tenía un concepto de felicidad totalmente equivocado.
Ella que no creía en ella.
Ella que se imaginaba con otros cuerpos y en otras cabezas .
Ella que simplemente no se veía bella.
Ella que no miraba a los ojos, el suelo era su opción.
Ella que se veía demasiado diferente, que para ella la palabra rara es fea.
Ella que odiaba ser ella por eso se disfrazaba de sirena, de esas que solo saben sonreír y ya en la mar son ellas.
Ella que no veía el cartel de salida, ella que se dio por perdida , creyó hallarse en un callejón sin salida.
Sin embargo ella sólo necesitó aliento de ese ser querido, al principio dolió, después lloró, vaya que sí lo hizo que la sirena el Atlántico lleno. Al final lo entendió absolutamente todo. Por primera vez en mucho tiempo se agarró muy fuerte, se dedicó la mejor de sus sonrisas y mirando a su reflejo se dijo a sí misma : Tu y yo juntas hasta la tumba, querida.