《 2 》

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Luego aquella despedida ambos lados prosiguieron a seguir con su día, Tom retomó su clase con la misma sonrisa que había mantenido desde que abrió la puerta del salón, ni siquiera él comprendía a qué se debía pero decidió no enfocarse tanto en eso aún tenía trabajo que hacer con sus niños que parecían estar conversando muy animadamente entre ellos olvidándose por completo de la presencia de su profesor. Tom carraspeó un poco para llamar su atención y sin necesidad de levantar la voz las miradas de los infantes estaban sobre él, acomodó por última vez sus anteojos sobre el puente de su nariz, lamió sus labios y procedió a continuar laborando siempre con aquella sonrisa que parecía no querer irse de su rostro.

Por su parte, Chris había conducido sin problema alguno nuevamente hacia su hogar, el tráfico se había aminorado notablemente y podía conducir con total tranquilidad, una gran diferencia a como conducía hace apenas unos minutos atrás. Luego de un tranquilo viaje de regreso, aparcó el auto y en cuanto salió de este sintió aquella mirada de desaprobación proveniente de la mujer que se mantenía cruzada de brazos justo en la entrada.

—¡Maggie!

Chris caminó hacia ella con los brazos abiertos, sabía perfectamente a qué se debía esa mirada tan pesada, se mantuvo positivo esperando que la mujer no le diera una de sus ya acostumbradas letanías. El australiano esperaba que el enojo que parecía tener se disipara, pero en cuanto más se acercaba más estaba seguro de que terminaría matándolo.

—Nada de 'Maggie' entra ahora mismo, Christopher.

El australiano bajó sus brazos, tal parece que no le daría su tan esperado abrazo, sin poder protestar hizo caso a las palabras de la mujer y entró a la casa yendo directamente hacia la cocina, abrió el refrigerador y tomó la jarra con jugo de naranja que seguramente había preparado por la mañana, lo último que escuchó fue la puerta principal siendo cerrada y los pasos de Maggie dirigiendo hacia donde él se encontraba, en ese momento Chris agradeció que estuviera una barra de mármol entre ellos porque por la mirada que aún tenía asesinaría.

—¿Jugo?

Fue lo que Hemsworth mencionó de forma evasiva mientras tomaba dos vasos de la alecena, sirviendo en ambos un poco de la bebida ofreciéndole la misma a Maggie, quien dudó pero al final terminó por aceptarlo.

—¿Vas a matarme ahora o dejarás que termine mi jugo primero?

—Muy gracioso. -Maggie pusó los ojos en blanco terminando por dejar escapar un ligero suspiro. —Sabes lo que hiciste ¿No es así? Por tu culpa Rosie llegó tarde a su primer día de clases.

Chris casi se ahoga con el jugo que bebía por semejante acusación, por su parte Maggie estaba que se contenía una carcajada.

—¿Mi culpa? Discúlpame...

—Te disculpo.

Ella ni siquiera lo había dejado terminar y realmente no era necesario hacerlo sabía que diría cualquier excusa tonta, lo conocía como la palma de su mano después de trabajar tantos años para él.

—No me dejaste terminar, además si estás preocupada por si pasará algo malo debes dejar de hacerlo porque empiezas a tener arrugas en el entrecejo.

Chris tomó lo que restaba de su bebida y carcajeó al ver cómo Maggie había creído en sus palabras que inconscientemente llevó su dedo índice sobre el entrecejo para verificar mientras que el australiano se burlaba de ella y tomaba camino hacia las escaleras. Cooper quería golpearlo pero borró esa idea de su mente y alcanzó al hombre tomándolo por el hombro para que la viera.

—Chris, tengo que salir ¿Recuerdas?

Hemsworth había olvidado por completo que Maggie estaría menos tiempo con ellos gracias a que ahora estaban en su tierra natal y ella le había pedido tiempo para pasarlo con su familia cosa a la que él accedió de inmediato porque sabía la importancia de la familia.

❝ Back to school. ❞ 【 Hiddlesworth】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora