sentido

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La vida no empieza a tener sentido, sino cuando tienes tan roto el corazón, que te lo has tenido que reconstruir con todo tipo de materiales.
Hierro, hilo, alambre, piedra y carne.
Cuando has aprendido a vivir para ti y no para nadie.
Cuando aceptas tu desastre.
Y sabes que por ser un desastre deben de tenerte miedo, porque tú no eres una cobarde.
Y que el orden no lo es todo.
Y que, si supieras, con qué tendras que enfrentarte mañana todo fuera aburrido.
Cuándo aceptas que la misma vida es una persecusión a ciegas, hasta que sabes que es lo que buscas, y se te escapa de las manos cuando casi lo encuentras,  pero ¡hola, bella ironía!, lo que tanto perseguias hace tregua con el destino, y es así como por fin se cruza en tu camino.
Pero que ratos te describes muy feliz y que a ratos aseguras ser un payaso, pero la risa estridente no miente y el llanto tampoco es eterno al fin y al cabo.
No, no nos mintamos seamos sinceros.
La vida solo tiene sentido cuando perdemos el miedo.
Porque el sentido de la vida misma es tan parecido al del éxito y le divide una línea tan delgada cómo la felicidad que nos visita a ratos y deja entrar a la locura.
Y todo se llena de sueños.
La lluvia es cálida, la brisa besa tus mejillas y los abrazos, te saben más sinceros.

Alma De Quimera. (#thedomains2019)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora