Capitulo 3

18.9K 1K 375
                                    



Calle

¿Que yo era... suya? ¿Suya?

Cuando mi lento cerebro logro entenderlo, grite enfadada

-¡Yo no soy de nadie!

Por supuesto, ya era demasiado tarde , y nadie me escuchó

No podía creerlo, me tenía aquí encerrada, como si fuera su puta mascota

Agradece que no te vayan a prostituir

Y una mierda, no podía quedarme aquí

¿Que pasaba con la universidad? ¿Y mis amigas? ¿Y mi padre?

No había derecho, pensé, sintiendo como lágrimas nuevas se deslizaban con lentitud por mis ojos. No tenía ningún derecho a arrebatarme mi vida de esta forma

Grite, rabiosa

Mi madre siempre había encontrado mi forma de descargar mi ira con gritos y chillidos increíblemente insoportables desde que descubrió mi orientación sexual

No me importo, volví a gritar

Yo no era suya, no era de nadie

No supe cuánto tiempo estuve allí, gritando, llorando, golpeando las almohadas, pero pareció una maldita eternidad

Tuve que callarme de golpe cuando la puerta se abrió con brusquedad

-Si sigue gritando de esa forma, no pienso atenderla - un hombre de unos cuarenta y tantos años, de cabello negro como el carbón, me observaba desde el marco de la puerta

-¿Usted es el doctor?

-Lo soy

Una nueva esperanza floreció en mi interior y corrí hacia él como una demente

-Señor, debe sacarme de aquí. Me están reteniendo contra mi voluntad por favor - El hombre sacudió la cabeza mientras entraba a la habitación y cerraba la puerta detrás de él

-Señorita, no me interesan los motivos por los cuales usted esta aquí. Yo solo vengo a examinarla, nada más

Me paré en seco

¿Ese hombre trabajaba para delincuentes? Pues no parecía un delincuente

Garzón tampoco lo parecía

Ciertamente, esa mujer parecía sacada de una pasarela. A excepción de su mirada. Si que tenía la mirada de una delincuente. Fría, despiadada y peligrosa

Caí en cuenta de que no conocía el nombre de la peli azul, pero después de todo, ¿Para que necesitaba saber su nombre? Huiría de aquí en cuanto tuviera oportunidad

Y esta parecía ser una

-¿En donde esta lastimada? - Volví la vista hacia el médico, y obedecí cuando me indicó que me sentara en la cama

-En el estómago, y las piernas, creo

-Levántese la camisa -con cierta reserva, me levante la camisa de Osito hasta debajo del busto, revelando unas hematomas inmensas a la altura de mis costillas. El doctor torció el gesto y palpó por encima de las heridas - Nada roto - susurró, luego se arrodilló frente a mi, examinando mis piernas

Aprovechando que su cabeza estaba inclinada, tome la lámpara que estaba sobre el buró y se la estampe en la cabeza

Mire horrorizada como su cuerpo caía como un peso muerto sobre mis piernas

Con una mueca, me lo quite de encima y camine hasta la puerta

¿Lo habré matado? De todas formas no había sido amable conmigo. Y trabajaba para unos secuestradores

Suya || Adaptación Caché [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora