Give me love

°Ocho°

Paso mis dedos con desesperación por mi cabello, mi cabeza ya parecía un nido de aves, había tenido otra pesadilla. Estaba sudando, a mi lado se encontraba Ed, intentaba tranquilizarme como todas las noches desde que supe la verdad.

En la pesadilla estaban mi hija y Katherine, esta la trataba mal, dejaba a mi pequeña con hombres extraños, todo para que yo sufriera. En cuanto esos hombres tocaban a mi Kate, me despertaba llorando y temblando.

Lo único que recibía de parte de mi hermana, eran fotos de mi hija, lo cierto era que no se la veía mal y eso era un gran alivio para mi, pero al mismo tiempo me sentía morir, ya que sentía que me quitaron una mitad de mi.

No dejó de ver las fotos de mi pequeña, ya había pasado un año, las pesadilla cada vez eran más frecuentes. Lena siempre está conmigo cuando Ed no puede, ella me acompaña todas las noches.

Se que no debería hablar con Ed, pero ahora mismo en mi cabeza esta mi pequeña, ella ocupa mis pensamientos e dejado de comer, apenas y pruebo algo de comida.

Mi celular suena en la pequeña mesita, desesperada lo tomo y contesto sin mirar la pantalla.

---¡Dios! Odio a esta maldita niña, no se calla ni un puto segundo.---podía oír al otro lado de la línea como mi hija lloraba.

---Katherine, por favor. No hagas esto, devuélveme a mi hija, yo haré que no entres en prisión, quiero verla.--- Oigo su risa al otro lado.

---¡Claro que no! Esta niña es una mina de oro y me gusta verte sufrir, me encanta la idea de que no sepas que es lo que le pasará a tu maldita hija.---Entierro mis uñas en la palma de mi mano, muerdo mi labio inferior con fuerza para evitar sollozar.

---Solo... Dejame verla, por favor.

---¡Ugh! Que insoportable, sabes que no Clary. Adiós.---Dice, para luego colgar sin esperar mi desesperada respuesta.

Mi celular vuelve a sonar, esta vez es el detective que sigue el caso de mi pequeña, contestó desanimada, ya que la última vez me dijo que no habían probabilidades de encontrar a Kate.

---¡Clary! Hay buenas noticias, vieron a tu hermana con tu hija en un callejón no muy lejos.---mi respiración se atasca en mis pulmones, por fin vería a mi pequeña?

La emoción es tanta que no eh parado de agradecerle una y otra vez.

Perdon por los capítulos cortos.