3 de febrero 2001
Mi madre me peina mi castaño cabello mientras yo diseño hermosos vestidos en una hoja de papel, mi hermano se encuentra viendo la televisión.
—Con este vestido — tomo el color violeta para darle un poco de alegría — me casare — levanto el cuaderno y se lo muestro a mi madre.
—Serás la novia más hermosa de todo el mundo — susurra la mujer a la misma vez que comienza a hacerme una trenza en forma de cascada — ¿me permitirás peinarte para ese día?
—¡Claro! — bajo el cuaderno y miro mi vestido — ¿quieres que te haga un vestido a ti también?
—Me encantaría — besa mi mejilla.
La puerta se abre y por ella entra mi padre, luce cansado, pero aun así sonríe como siempre. Le besa la frente a mi hermano y luego se acerca a nosotras, toma asiento en el suelo para poder estar a nuestra altura, besa los labios de su esposa y luego pasa a besarme la mejilla a mí. Le muestro mi vestido, él me felicita por lo encantador que es.
—Saldré — Nathan se pone de pies y nos queda viendo desde la puerta.
Mi madre le pide que no vuelva tarde, el promete no hacerlo. Al fin me dejan en libertad y corro escaleras arriba para guardar mi dibujo en mi carpeta especia, una que tiene pegatinas en toda la portada. Me acerco a mi escritorio y tomo la fotografía que nos hemos sacado hace tan solo dos días atrás, salgo con mis padres y hermano, los cuatro estamos sonriendo. Con ella en mi mano, camino hasta la ventana de la habitación, un brillo en el bosque me llama mucho la atención, estiro mi mano para abrir el ventanal, pero este estalla en muchos pedazos y me lanza con fuerza contra la pared.
—¡Amira! — mi padre entra a la habitación y se acerca a mi aterrado, toma mi rostro buscando alguna herida o signo de dolor, no pilla nada.
Él se gira con brusquedad cuando las personas de la manada comienzan a gritar ¿Qué es lo que está pasando? Mi cuerpo comienza a temblar y él lo nota, llama a mi madre con fuerza, esta tiene en su mano una mochila.
—Ve a buscar a Nathan — le pide mientras que llora y tiembla.
Mi padre la abraza y le susurra que todo va a estar bien, que no se preocupe. La mujer se acerca a mi cuando este desaparece por la puerta.
—¿Qué pasa madre? — ella se arrodilla para quedar a mi altura, las lágrimas siguen bajando de sus ojos.
—No lo sé — susurra y me besa la frente — pero lo que si tengo bien claro es que no podemos quedarnos más tiempo aquí ¿has entendido?
Asiento rápidamente con la cabeza, ayudo a mi madre a poner unas prendas de ropa en una pequeña mochila y sin que se dé cuenta, guardo la fotografía en donde estamos todos juntos, luego pasamos a la habitación de mi hermano para hacer lo mismo. Antes de que bajemos las escaleras, la mujer se me queda viendo fijamente a los ojos. Está asustada, demasiado. Supongo que todo este tiempo que lleva siendo pareja de un hombre lobo, nunca ha tenido que presenciar algo como esto o escuchar los desgarradores gritos que lanzan las personas fuera de la casa.
Alguien abre la puerta principal, pero sin siquiera verlo, las dos sabemos que no es ni mi padre ni mi hermano. La mujer me tapa la boca y me obliga a retroceder lentamente hasta que nos encontramos en el cuarto de mi hermano, ella me esconde debajo de la cama justo a tiempo, pues la persona entra al cuarto. Es una mujer de piel blanca, oscuro contorno de ojos y rojas pupilas. Tiene una sonrisa en sus labios, lo que me permite ver sus grandes colmillos.
—Pero si no eres nada más que una asquerosa humana — ríe — ¿Dónde está tu pareja? ¿Te ha dejado sola? — Mira alrededor, sus ojos brillan cuando se percata de que se encuentra en la habitación de un niño — veo que tienes un hijo ¿Dónde está?
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Mi versión.
Werewolf•Portada hecha por @TinaLRoss Todos los derechos reservados, está prohibida la copia o adaptación de la historia sin permiso.