Arbusto

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Aunque Poché lo negara, o más bien no dijera nada, ya era para ella normal caminar con Daniela todos los días a la escuela.

María José una chica ejemplo, sus calificaciones estaban por encima del promedio, la favorita de todos los profesores y una de las más bonitas de toda la escuela. Su popularidad era mucha, pero a ella no parecía importarle; al contrario, ella solía sentarse sola a la hora del desayuno de la escuela.
No tenía mejores amigas ni amigos. Su única compañía era su celular y su comida. Aunque suene extraño eso la hacía aún más popular, era como un reto el conquistar a la chica "difícil" o al menos ser su amiga.
Compartía todas las clases con Calle, aunque se sentaran una en cada esquina del salón, para Daniela era algo bueno poder verla durante todo el día de clases.

"¿Por qué no le escribes una carta anónima?" Sugirió Lyza, una de las mejores amigas de Daniela, mientras ambas desayunaban en la cafetería de la escuela.

"¿Para qué? Es caso perdido, creo que ella sólo disfruta de estar sola, estoy casi segura que cuando me ve todas las mañanas quiere huir" dijo Calle.

"Pero si le escribes notas puede que ella se enamore del anónimo, y quiera conocerlo" Lyza guiño mientras decía su genial idea.

"Mas bien creo que si hago eso me denunciará por acoso, además al menos sé que no le gusta nadie y así no siento que me roban a mi amor secreto" Comentó Calle mientras jugaba con una manzana.

"Bueno...no quiero desilusionarte, pero hay una chica sentada con P" susurro Lyza.

Daniela volteó discretamente para encontrarse a Poché hablando con una chica, parecían disfrutar la conversación pues ambas reían. Era evidente el coqueteo de la chica hacia Poché.
Sin poderlo evitar una lágrima rodó por la mejilla de Daniela, ¿Por qué dolía tanto? Poché reía con una chica mientras que a Calle la ignoraba todos los días en el trayecto a la escuela y de la escuela a su casa.

A la salida de la escuela Daniela no quiso esperar a Poché como lo hacía todos los días. Se sentía avergonzada, y desilusionada.
Decidió comenzar a caminar sola. Al mirar hacia atrás se dió cuenta que Poché de nuevo estaba hablando con la misma chica, se dio la vuelta y siguió caminando, pero la curiosidad podía más, así que se detuvo y se escondió en unos arbustos. Ahí comenzó a espiar a María José y la chica, después de un rato la chica besó la mejilla de Poché.
Daniela al sentir celos quiso correr para dejar de ver esa escena pero la falda de su uniforme se había atorado con una rama. Intentó jalando la tela de la falda pero parecía que eso hacía que se atorara más. Decidió jalar la falda aún más fuerte lo que hizo que se rompiera la tela y ella cayera al piso, el grito de Daniela al caer llamó la atención de Poché, la cual ya había caminado bastante. Poché al verla en el piso rodó los ojos y decidió regresar hasta donde se encontraba Calle.

"¿Estás bien?" Preguntó Poché ayudando a Calle a levantarse.

"Sí, sólo estaba buscando un lápiz en los arbustos" respondió Daniela bastante nerviosa y avergonzada. "No lo encontré, pero en mi casa tengo más...ya me voy"
Calle comenzó a caminar bastante sonrojada, y nerviosa, tan nerviosa que no se dio cuenta que se veía su ropa interior pues su falda se había roto bastante.
Poché no pudo evitar reír, aunque procurando que Daniela no la escuchara, corrió para alcanzarla. Se quitó el suéter y se lo dio a Calle.

"Ten, amárralo a tu cadera, tu falda está rota. Pude ver tus calzoncillos....de perritos" Poché sonrió tratando de no reír al ver la reacción de Daniela.

"Ay no" Daniela amarró rápidamente el suéter a su cadera y comenzó a reír. "Sé que pensarás que soy rara, perdón"

"Fue divertido" respondió Poché. "¿Pides perdón por algo que yo piense?, no deberías hacerlo, y no pienso que eres rara"

"Pero quizás sí pienses que soy...Uhm, empalagosa" comentó Calle con la mirada hacia el piso, Poché solo río levemente.

Durante todo el camino fueron en silencio.
Cuando Calle llegó a su casa se abrazo del suéter de Poché, le parecía lindo detalle que ella se hubiera regresado para ayudarla a levantarse. Tomó su mochila sacó papel y algo conque escribir. Quizás la idea de Lyza podía funcionar, pero cuando empezó a escribir se detuvo, Qué tal y Poché al leer las notas creía que era la otra chica. Suspiró algo frustrada, algo se le tenía que ocurrir.

Ella Mi Amor Platónico || ActualizandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora