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Capítulo 3

―Vaya...―Murmuró ___ en cuanto puso un pie en el departamento de Harry. Él entró detrás de ella con una sonrisa.

La casa no era grande, puesto que vivía el solo pero era lo suficiente agradable como para quedarse allí encerrado el resto de su vida. Estaba todo en orden, las paredes eran blancas y los muebles eran de madera. La cocina se enganchaba al salón con una barra de mármol sobre la que había varias cervezas sin abrir. Había cuadros con dibujos abstractos por todas partes y un montón de figuritas modernas. Al lado de la televisión de plasma había un aparato de música y los altavoces colgaban del techo, uno en cada esquina.

___ pensó que Harry tenía demasiado buen gusto para ser un chico pero antes de que pudiera replicar algo, Harry la había agarrado de la cintura y la había arrastrado hasta la barra de bar, dejandola encerrada entre sus brazos y derritiéndola con su mortífera sonrisa cargada de dientes blancos.

El corazón de ___ se aceleró, lo miró a los ojos y pensó en ponerse de puntillas y morder aquellos labios que tanto rato llevaban reclamándola pero cuando lo hizo, Harry le puso una cerveza frente a las narices.

―Bebe―Le ordenó―Te sentará bien.

―No quiero beber―Confesó ella.

El cuerpo de Harry estaba tan cerca de ella que con un simple movimiento, con que ____ se arqueara hacia él, podría rozar su feminidad contra su miembro y hacer que algo cobrara volumen en el interior de sus pantalones y que las bragas de ___ se mojaran instantaneamente.

Decidió mantener las distancias, pero no por mucho tiempo más.

―¿Y que quieres hacer?―Le preguntó él, burlón y con una ceja enarcada.

―No lo sé...―Susurró ella, empezando a elevarse―¿Me has traído a tu casa para darme una cerveza?

Harry rió.

―La verdad es que no―Contestó, luego inclinó su cabeza hacia ella. ___ pensó que iba a besarla pero él se desvió hacia un lado y colocó sus labios sobre su oido―Te he traido porque me encantaría hacerte algo que va a dejarte sin aliento.

Con aquellas palabras, ya la había dejado sin aliento, sin respiración, sin consciencia ni dignidad. Se lo había robado todo. Todo su ser se estremeció de pies a cabeza. Buscó la mirada de Harry y cuando lo hizo, las manos del chico habían ido a posarse sobre la cintura de ella, empezando a elevarlas, llevándose consigo la camiseta azul claro de ____.

Sus ojos no se separaron de los verdes de Harry. Estaba completamente hipnotizada por aquel chico al que hacia apenas una hora que lo conocía. Iba a dejar que le hiciera todo lo que le apeteciera, no sin a cambio poder ella hacer lo que le viniera en gana con aquel cuerpo tan monumental que tenía delante.

Alzó los brazos y en un abrir y cerrar de ojos su camiseta volaba por la habitación directa al suelo. Los ojos de Harry se fueron directos a sus pechos, cubiertos solos por un ligero bra de Victoria's Secret que le provocó una punzada en la punta del miembro.

Acarició uno de los montes con dos dedos y ____ pensó que iba a salir volando en cualquier momento. Harry inclinó su cabeza y besó la piel que sobresalía de una de las cuencas del bra, luego dejó un pequeño camino de besos a lo largo del valle de sus senos y acarició su ombilgo. Continuó bajando y cuando sonó un casi inaudible "click", ___ se dio cuenta de que Harry le había desabrochado el pantalón.

Antes de hacer cualquier otro movimiento, Harry volvió a irguirse y profundizó una mirada petrificante sobre los ojos de la chica. Sin dejarla respirar, se acercó a ella y la besó, encajando sus labios de una manera tan perfecta con ____ que pensó que no podía ser posible a no ser que fuera un sueño.

Los labios de ____ era tan dulces que Harry empezaba a derretirse poco a poco. Tenía intención de meterle la lengua hasta el fondo, para escudriñar cada rincón y saborearla enterita, pero para su sospresa, fue ella quien lo hizo; con fuerza metió su pequeño juguete en la boca de Harry y empezó a recorrer cada parte de aquel agujero infinito tan sabroso.

La temperatura corporal de ambos se elevó de inmediato. Harry iba a poder contenerse muy poco tiempo más. Alzó a ____, colocando las manos en sus muslos y la incitó a rodear sus caderas con sus hermosas piernas, que aunque aún estubieran cubiertas por su jean, se moría por saborear. Iba a lamer cada centímetro de su piel, cada parte, cada rincón. Iba a comersela entera.

Cuando los extraños se enamoran {Harry Styles} Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora