❀Omelas¡!

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-Yoongi hyung... Me gusta.- Pronunció el más bajo apenas en un susurró.

Una sonrisa se apoderó de los labios del mayor al escuchar aquellas débiles palabras, Jimin era y siempre sería el chico más dulce y tierno, con esas abultadas mejillas, ojitos sonrientes y labios cual cereza.

Posó una mano sobre aquella rosada mejilla antes de depositar un tierno beso en esos dulces labios.

-Jiminie, tú también me gustas.- Dos hermosas media lunas se formaron en los ojitos del pelirosa al escucharlo.

Jimin sabía que Yoongi era su alma gemela, siempre lo sería.

「❀」

¿Cómo había terminado así? Lo último que vió antes de ser encerrado en aquel horrible lugar, fue a su novio; llorando y gritando desesperadamente, luchando por zafarse de las manos que le impedian avanzar. Habían sido cruelmente separados, ahora él debía asegurar la felicidad de todos, sacrificando la suya. Viviría el peor de los infiernos por la felicidad de Omelas.

Porque eso era ese lugar, un infierno disfrazado de perfección, todos sabían de su existencia, sin embargo lo ignoraban, había personas que se alegraban al verlo sufrir, otras que simplemente no deseaban verlo y una a la que se le prohibía bajar a ver a su tierno novio morir lentamente.

「❀」

Una semana había pasado aunque no lo supiera, los días eran obscuros entre burlas y maltratos, aquella jaula era apenas lo suficientemente grande como para mantener la misma posición todo el tiempo, las pocas migas que se le eran arrojadas cual animal salvaje, no eran siquiera una comida, el agua no era la excepción, probaba apenas unas cuantas gotas al día.

Durante esos días pudo ver la verdad de las cosas, aquellas personas amables eran solo monstruos con máscaras de humanos.

Los días y las personas que contemplaban su sufrimiento pasaban lento, cada día era eterno, daría lo que fuera por ver el rostro de Yoongi una vez más, acariciar su sedoso cabello negro y besar sus dulces labios. Pero eso era ahora solo un feliz recuerdo.

「❀」

El sonido de aquella enorme puerta de metal al ser abierta inundó el lugar, las escaleras rechinaban con cada paso que aquella misteriosa persona daba.

Su mirada se posó en aquel joven de labios abultados, una calida sonrisa se le fue regalada antes de entregarle un plato con comida, los ojitos de Jimin se abrieron en sorpresa, a diferencia de todos los que bajan solo para torturarlo, ese jóven le estaba ayudando.

-Soy Seokjin, Yoongi, el tiene prohibido venir aquí, asi que me pidió que te trajera un poco de comida y esto.- El castaño le entrego un pequeño trozo de papel.

" Aúnque me tomé una eternidad, te sacaré de ahí. Lo prometo.
Psd: no olvides que te amo. "
- Yoongi.

Las lágrimas recorrían las mejillas del pelirosa, aún si era inútil, Yoongi seguía amándolo y luchando por él.

Seokjin permaneció a su lado durante un rato, no quería dejar al pequeño pelirosa pero se veía obligado a hacerlo, le regalo una última sonrisa antes de marcharse.

「❀」

Habían pasado tres días desde la visita de Seokjin ó eso es lo que pensaba, relamente no estaba seguró, hacía tiempo que no veía la luz del sol.

-Despierta, Jimin despierta, por favor no te rindas tan rápido.- Podía escuchar una voz a lo lejos, erá gentil, como un susurro en el viento.

Sus ojitos se abrieron lentamente, encontrándose con un jóven frente a él, su mirada era dulce y su sonrisa era una pequeña luz en esa cruel obscuridad.

⌗Los que se Alejan de Omelas愛⨾ yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora