Meramente Instinto『 Omegaverse 』

『 𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑰𝑿 』

Kenny, quién, por unos breves segundos había recuperado la consciencia y había rogado por ver a Butters, acabó perdiendo una vez más contra las feromonas y se unió a la contienda de Token y Clyde; la adrenalina era tal que, olvidó por completo que sus nudillos estaban malheridos y sangrando a causa de los golpes que le había dado a la puerta para poder salir.

Así como el aroma se había presentado, tal cual había desaparecido.

Los Alphas dentro de la habitación, dejaron de intentar escapar, de ser agresivos y morder a diestra y siniestra por intentar verse más machos de lo que supuestamente eran, aunque sus penes erectos, les daría a entender que algo raro había sucedido en ese lapso donde su consciencia se había perdido en algún lugar, pero por ahora, todos jadeaban acostados en el piso.

Token fue el primero en despabilarse del trance aromático por completo y apreció con asombro el cómo había quedado el comedor y sus compañeros; Clyde y Kenny estaban lejos el uno del otro, siendo éste último el que más tuviera la ropa manchada con sangre, más aún en las mangas de su parka naranja, aunque respiraba, lo cual alivió a Black. Intentó ponerse de pie, pero un dolor en su pierna derecha le hizo permanecer quieto y sentado un par de segundos más, y cuando se atrevió a mirar, suplicando que no fuera lo que pensaba, notó la marca del tamaño de una mordida de Alpha en su muslo que traspasaba sus pantalones color crema, era poco profunda, pero que sabía que, si no se la trataba con una vacuna antitetánica y ponía pronto anestesia, esa herida podría infectarse y lo haría parir del dolor a la vez; maldijo una y otra vez, y miró de manera inconsciente, furioso, a Clyde que, recién se incorporó en el piso, con una mirada aturdida y llorosa.

— ¿Qué fue lo que ocurrió?— atinó por preguntar el castaño; sus ojos se abrieron de sobremanera al verse la entrepierna— ¿Qué mierda?, ¿la comida tenía alguna especie de droga?

— Eso es imposible; lo cocinaron los chicos— Explicó Token, tranquilizando al castaño de paso.

Clyde se puso de pie, dándose cuenta recién del desastre que había alrededor y a medida que daba pasos en dirección a su negro amigo, sintió un ardor punzante en su brazo, más que en todo su cuerpo; se miró y apreció con los ojos llenos de pánico un arañazo que iba del codo a la muñeca, y se hubiera puesto a llorar, de no ser porque Kenny se levantó abruptamente y corrió hacia la puerta, golpeándola reiteradas veces con sus puños ensangrentados. El castaño se apresuró en detener a Kenny, sujetándolo por la cintura y arrastrándolo para alejarlo de la puerta, y éste aunque no tuviera la fuerza necesaria para quitárselo de encima, le gruñía, y más que una advertencia a que lo soltara, era porque le abrieran la puerta cuanto antes.

— Si no te tranquilizas, dudo que nos abran— el comentario de Token, hizo que tanto Kenny como Clyde se quedaran en silencio y lo miraran confusos— lo que sea que haya ocurrido, tiene que ver con esto— prosiguió, apuntando su entrepierna.

— Oh, así que lo que dicen de los negros no es un mito— Se rió Kenny, provocando que Token rodara los ojos con fastidio y no quisiera rebatirle, uno: porque estaba de mal humor y herido, dos: aunque fuera un estereotipo estúpido, él sí estaba bien "dotado" y tercero: era Kenny.— ah, quien sea que haya tenido esa feromonas con aroma a rosas, fue demasiado, digo, para que nos haya vuelto a todos locos.

— ¿Qué?— el afroamericano cambió por completo su expresión, al igual que Clyde— Repite eso.

— ¿Estás sordo?— McCormick se zafó de los brazos del Alpha que lo había tenido retenido y se observó sus manos, riéndose para sus adentros al percatarse de lo malherido que estaba, y daba por firmado que no eran sólo sus manos, pero, por ahora, no quería saber más— un Omega con un dulce aroma a rosas hizo que todos nos volviéramos locos, aunque no sé si fue a propósito o no; sinceramente dudo que haya sido a propósito, ¿con qué fin y justo en este momento?