十四: 实验。

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Capítulo 14: Experimento.

Salí de la ducha vestida. No había dejado que Hoseok entrara conmigo en la ducha porque sabía cómo terminaría. Lo había pensado mejor, y sí, definitivamente hacerlo en la ducha era bastante extraño, aunque la idea no fuera nada asquerosa. Debía estudiar también, así que cuando salí, le vi acostado revisando uno de mis libros, con curiosidad. Se veía muy adorable concentrado: con el cabello negro despeinado hacia el frente, su nariz perfilada a la vista y ese mentón tan afilado que podía cortar. Luego miré más abajo, y sonreí. Hoseok tenía buen cuerpo, siempre lo había sabido.

—¿Te gusta lo que ves?— dijo, girando a mirarme. Sentí ganas de reírme mientras lanzaba mi ropa sucia al cesto. Abrí la ventana para que entrara un poco de aire, hacía calor o no sabía si era por la ducha caliente que di.

—No. —le dije bromeando. Y luego abrí mi bolso, tomando mis apuntes. Pude escuchar la cama rugir tras de mí, Hoseok se estaba levantando. —Tengo que estudiar. —le dije cuando él atrapó mis caderas por atrás y colocando su mentón en el hueco entre mi hombro y cuello. Giré un poco mi rostro para mirarle —Voy en serio.

—¿Solo un ratito, si?

Dijo, prácticamente rogando, oliendo mi cuello y luego sus labios pasaron a mi oreja. Había dicho no, porque realmente debía estudiar. Eran dos días de atraso, no podía descuidar más días, pero me mordí la boca.

—Hoseok, en serio.

—Solo diez minutos y me voy— rogó más. —seré rápido. Oh, en los dos sentidos.

Me quise reír ante lo que dijo y dejé caer mis apuntes para girarme por completo. Hoseok terminó atrapándome contra el escritorio.

—¿Quién te ha enseñado a hablar tan sucio? Por dios...—le dije, casi riéndome. Él acarició mi cintura acercándose más. Oh, oh.. sentí su cuerpo pegarse finalmente al mío.

—No sé, pero si quieres puedo enseñarte a hablar así. —me dijo. Oh, dios mío. —También puedo enseñarte otras cosas...

Dijo acariciando con sus dedos el nacimiento de mi busto. Mi pijama no ayudaba en serio. Por más que era manga larga y nada sexy, el cuello caía hasta el nacimiento de mi busto y Hoseok parecía querer jugar ahí.

—¿Qué dices? 10 minutos.

Él se acercó a mi boca. ¿Cómo podía rechazarle si él tenía una forma de seducir magnífica?

—Pero luego te irás, promételo, sino no podré estudiar...—le pedí, susurrando puesto que él estaba muy cerca y me estaba hipnotizando. Jung Hoseok era un experto en hacerme decirle sí siempre.

—Lo que tú quieras.

Entonces acercó sus labios, atacándome sin dudar, levantándome sobre el escritorio para acercarse más a mi cuerpo. Las prendas salieron volando por nuestras cabezas mientras aguantaba los gemidos. La habitación de mis padres estaba al costado, y definitivamente ellos no se debían enterar por nada del mundo. Ellos conocían a la novia de Hoseok, y apostaría que me dirían de todo por "meterme" en la relación, aunque claro, después se les iría la cólera.

Pero, igual, no importaba ahora. No sé los diría tampoco. Aún no.

—No me muerdas.

Le pedí cuando se colocó abrió mis piernas para cargarme,  mientras su boca se apoyaba en mi hombro, mordisqueandolo; sin embargo, me ignoró, antes de lanzarme sobre la cama. Sus manos pasaron a la parte inferior de mi pijama, larga como siempre, y empezó a tirar de ella, mientras mi pecho subía y bajaba porque estaba muy agitada.

Cuando todas mis prendas desaparecieron, Hoseok sacó un condón. Él realmente estaba preparado siempre. Le observé, mientras cruzaba mis piernas apretando mi zona sensible llena de fluido. Mordí mi boca viéndole colocarse el condón.

—Hoy haremos algo, Hye. Tú serás la que se penetre. Tú podrás controlar el dolor.

A pesar que había gozado el día anterior, había sido inevitable que no me doliera cuando él me penetraba cada vez más duro, hundiéndose más. Había leído eso, era normal. Normalmente dolía hasta la tercera vez, cada vez menos, incluso en otros casos dolía hasta la quinta vez. Así que sabía que Hoseok quería que yo controlara eso, no él quien había dicho que aguante.

—Si estás sobre mí y dejas caer tu peso, podrás controlarlo todo. Yo no me voy a mover. Solo tú podrás.

Hoseok era muy erótico para hablar así.

—Mi peso hará que caiga de golpe, Hoseok. Me va a doler más.

Le dije. La gravedad era quien ganaba. Sin embargo él se acercó a mí.

—Tú controlarás eso con tus piernas, Hye. Ven, sube sobre mí.

Dijo mientras él se costaba boca arriba a mi costado. Me quedé observándolo antes de sentarme sobre él, nuestros sexos rozando. Él me observaba orgulloso.

—También aprenderás a montarme, Hye. Necesito que lo aprendas jodidamente bien. Sabes bailar, no me vas a decepcionar.

Su voz me hipnotizaba. Lo sucio que era también. Él agarró su miembro y a la vez mi mano para que lo acaricie. Era la primera vez que se la tocaba y podía sentir que era duro y a la vez suave. Era extraño.

—Mueve tu mano, excítate más con eso.

Dijo.

Empecé a hacerlo, sabiendo qué hacer. Lo había visto en vídeos pornográficos, y de cierta forma en mi cabeza se repetía el movimiento de cómo hacerlo. Incluso la idea de meterlo a la boca no me parecía asquerosa, pero si vergonzosa. Hoseok soltó un primer quejido cuando empecé a aumentar la velocidad. Era demasiado caliente y oírle quejarse cada vez más, suavecito, mientras se mordía la boca me tenía bastante loca.

—Vamos, Hye, móntate sino me voy a venir gracias a tu mano.

Tragué en seco. Y me acerqué a esa zona, levantándome un poco, aún agarrando su miembro y apuntando en mi centro. Hoseok sostuvo mis caderas.

—Lento... Ve lento si tienes miedo.

No tenía miedo, sino que sabía que si caía de golpe, iba a doler un poquito, pero era mejor arriesgarse, entonces fue introduciéndose en un ritmo normal, pero bastante firme. Sin espasmos ni nervios. Hoseok afirmó su agarre en mis caderas, como si se controlara en no moverse.

Y cuando le vi queriendo abrir la boca, me volví a levantar, sin salir  de él para volver a caer. Una y otra vez.

Me podía volver adicta a oírle gemir bajo y a esto.






Yes girl + Jhs  + Ksj ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora