Capítulo 2: Novatos

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Una día antes del robo:
Mónica y Rafael llegaron a casa de Louis para repasar su golpe y hablar sobre lo que harían después de eso.
— Louis aún no regresa — anunció Rafael mientras Mónica preparaba la comida.
— ¿No pensarás que tuvo miedo y salió corriendo? — le respondió Mónica.
— Es el más interesado en dejar el pueblo, ya llegará — añadió Rafael.
No tardo mucho para que Louis apareciera en la puerta con un par de bolsas. Estaba sucio y desarreglado, como si hubiera caído por un barranco.
— Como siempre —gruñó Rafael—. Tarde.
Mónica compartía su desagrado, pero mantuvo el rostro sin emociones, tenía más curiosidad por lo que contenían las bolsas de Louis.
—Alguien debe recordarte lo que haremos mañana —dijo Rafael—, ¿Donde estabas?.
Rafael estaba molesto y lo último que deseaba era escuchar alguna excusa, mientras Louis tomaba una silla y se acomodaba frente a sus compañeros.
—Hola chicos, traje algunas cosas que nos podrían ser útiles —saludó Louis muy tranquilo.
—¿Qué clases de cosas? — respondieron ambos al unísono.
—Herramientas, para lo que haremos mañana — dijo Louis retando a Rafael.
Louis tomó la primera bolsa, había comprado ropa para Mónica, debía parecer una millonaria y él se encargó de conseguir una linda blusa roja de la tela más fina que encontró, una falda elegante que le quedaba a la altura de las rodillas y un par de mallones oscuros, además de un par de collares para hacerla lucir mejor. A Louis le quedaban solo unos ahorros que le había dejado su abuelo, pero entendía que la presentación era importante para llamar la atención y no le importó invertir, pues si todo salía bien recuperaría mucho más de lo que gastó. Mónica estaba sorprendida la blusa, la falda, todo era precioso para sus ojos, jamás había usado algo tan costoso y con gran aroma.
Rafael sentía envidia de Louis, tenía la atención de Mónica y parecía un genio por pensar en lo importante de la vestimenta. Pero no era todo lo que Louis había comprado, tomó la segunda bolsa y sacó dos chaquetas de piel y un par de máscaras para no ser detectados por las cámaras.
— Gracias por pensar en los atuendos — le dijo Rafael a su compañero.
Casi al finalizar el día los tres jóvenes hablaron sobre el dinero, Rafael que era la mente maestra del robo había calculado que si era un buen día para el banco se llevarían alrededor de 6 o 7 millones y entre risas dijo:
—Con el dinero compraré un avíon, viajaré por el mundo y no lo sé, quizás compre una casa pequeña en la playa, ¿Que hay de ustedes?.
—Pondré mi propio bar —Dijo sin pensarlo dos veces Mónica— ¿Louis?...
—¿Yo?... Les mentiría si dijera que olvidaré lo de escribir, quizás cuente nuestra historia, pero con mi segundo nombre Scott.— dijo Louis
—¡¿Porqué Scott?!— preguntó Rafael.
—Y... porque no —Respondió Louis. — ¿Nos veremos después de robar el banco? —añadió después.
Louis tenía una forma muy eficaz de despistar a las personas, Rafael quería saber porque usaría un nombre que había dejado hace mucho tiempo, pero Louis con una pregunta le daría la vuelta a la situación. La noche había llegado y los criminales novatos debían descansar, si la suerte estaba a su favor ellos pasarían a ser historia.

El libro de LouisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora