Capítulo 4: Sin errores...

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Louis había estacionado la vagoneta justo dos cuadras antes del banco, entre la multitud y los peatones no fue posible estar más cerca, pero parecía no importar. Rafael dio la señal y el resto fue un caos, gente golpeándose y lanzó todo tipo de objetos al banco. Louis había convencido a diversos grupos para una huelga contra el banco, pero entre tanta diferencia de opinión se volvió una batalla campal.
—Lu, es nuestro momento — anunció Rafael poniéndose la máscara.
La gente del banco entró en pánico, corrían buscando otra salida, gritaban y se ocultaban pues ya se habían percatado de un par de hombres armados frente a la puerta del banco. Louis abrió las puertas del banco, mientras Rafael cubría su espalda y apuntaba a los civiles. Rápidamente Rafael levantó a una jovencita que estaba debajo de un escritorio para usarla como rehén, era su compañera Mónica que había ocultado bien su identidad. Louis se acercó al bancario apuntándole y con un tono tranquilo preguntó:
—¿Puedes llevarme hasta la caja fuerte?
El bancario no estaba intimidado, por el tipo de cuerpo y voz se notaba que eran simples jóvenes armados, pero Louis respondió a eso disparando a la puerta principal, nadie esperaba eso, parecía que tenía la situación bajo control.
—La siguiente no será contra la puerta— dijo Louis con un tono serio y apuntando nuevamente contra el bancario.
Algo había cambiado en él, la idea de cambiar su vida le daban confianza, quizás darle un arma era demasiado para él, tal vez sólo estaba actuando, pero algo así pensaban Rafael y Mónica que estaban sorprendidos por ver el gran manejo de la situación.
Sin más salidas el bancario accedió y llevo a Louis a la caja fuerte, el banco parecía un laberinto para Louis que caminaba y veía tantos pasillos vacíos, cámaras por todos lados, era evidente que estaban en la caja fuerte del banco, sin pensarlo Louis disparó a cada cámara que pusiera su identidad en peligro, tenía la máscara pero no quería sorpresas, esta vez tuvo algo de problemas al disparar, no era lo mismo apuntar a un objetivo que lanzar un tiro sin destino. Llegaron a una gran puerta de seguridad con sólo un pequeño tablero para la clave, Louis le lanzó una mirada al hombre que sin pensarlo dos veces tecleó la clave.

—Ahora esta abierta, sólo tienes que empujar un poco —anunció el bancario que estaba nervioso.
Louis empujó la puerta, era algo pesada para un joven que no hacía mucho ejercicio, pero los millones que le esperaban detrás de ella valían cada esfuerzo. La puerta se terminó por abrir y Louis terminó casi sin aliento, tanto que el bancario vio una oportunidad y tomó el revólver que llevaba Louis en su cinturón. Louis había bajado la guardia y podía costarle la vida, sólo fue un segundo, pero sabía que había cometido un error, lo mejor que podía hacer era negociar por su vida.

—Wow, eso no lo esperaba, ¿Que harás ahora? — dijo Louis tratando de verse seguro.

—Si te disparó seré igual o peor que tú, pues aún no asesinas a nadie, muchacho no lo entiendes, si sales de este banco con ese dinero llevarás esa vida por siempre — dijo el bancario que apuntaba justo a la cabeza de Louis.

—¿Cuánto quieres por cambiar tu vida?, no tienes nada que perder no hay cámaras aquí — le respondió Louis.

—En está vida hay algo más que sólo dinero muchacho, no puedes comprar mi salud, estoy muriendo lentamente y el dinero no puede salvarme, puedes escapar de este lugar, pero no puedes huir por siempre, adiós muchacho — dijo el bancario entre lágrimas.
Louis no podía mostrar emociones, seguía concentrado en las palabras de aquel hombre y en el dinero. Louis se quitó la máscara para ver mejor la cantidad de dinero que había detrás de la puerta y cerró los ojos, estaba listo para su final.
En la entrada principal Rafael mantenía a todos los rehenes y solo escuchó el sonido de un disparo.

El libro de LouisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora