Una Mañana Reflexiva

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7:59 am.

8:00 am.

Arthur suspira y definitivamente se rinde de dormir.

Cambia de posición por millonésima vez y termina boca arriba observando el techo de la habitación.

Él realmente NECESITA dormir. Sabe que a estas alturas de su vida, una noche en vela no va a pasar desapercibida como cuando estaba en sus 20; conociéndose, pasará todo el día distraído y con hambre. Tampoco puede dormir más tarde, ya que hay un millón de cosas pendientes por hacer y no puede darse el lujo de dormirse a las 12 del mediodía para despertarse a las 5 de la mañana del otro día sin saber nada del mundo, cosa que también hizo muchas veces a sus 20.

El Arthur Kirkland de los 20 tenía muchísima más resistencia que el Arthur Kirkland actual.

Era idiota y no sabía tomar las mejores decisiones, pero por lo menos podía pasar hasta 3 días sin dormir.

Aunque tampoco fueron TAN malas decisiones.

No dejó embarazada a ninguna chica y no terminó prostituyéndose para pagar sus estudios, que a sus estándares de vida era algo muy bueno.

Arthur piensa que un sábado a las 8 de la mañana, luego de una noche de insomnio es un buen momento para hacer catarsis de las malas elecciones que hizo en su vida.

Porque definitivamente hay unas cuantas que lo merecen.

Como cuando a los 15, mientras descubría su aparente homosexualidad con Francis en plena sala, sus padres pudieron observar lo muy flexible que era su hijo. Inesperadamente su madre lo tomó bien, nunca le creyó lo muy heterosexual que él solía jurar que era.

Y ahora que lo piensa, la mayoría de los errores cometidos en su juventud involucran a Francis/Gilbert/Antonio/los tres juntos.

Por ejemplo, "salir a beber unas cuantas copas" con ese trío definitivamente le debería ser penado. La sensación de despertarse resacoso en una celda todavía le trae escalofríos. Apostar contra ellos también quedaba excluido, ninguno sintió pena cuando le desplumaron el sueldo de un mes y tuvo que sobrevivir 3 semanas con $14,07. Las peleas a puños limpios con Antonio le dejaban adolorido, así que eso también quedaba tachado.

Querer ser buen samaritano con Gilbert e irlo a recoger en su recién adquirido auto a un barrio de mala muerte, DEFINITIVAMENTE fue muy mala idea. Las persecuciones son emocionantes en las películas, no en la vida real con un albino gritándote en alemán y unos tipos espeluznantes persiguiéndote. Si fuera inteligente, cortaría todos sus lazos con los Beilschmidt, incluyéndolo a Ludwig, el hermano menor de Gilbert. Todavía recuerda la golpiza que le dio por intentar sobrepasarse con Feliciano una noche de borrachera. En su defensa, estando ebrio hasta podría follarse a su hermano Allistor y no tendría ni puta idea.

¿Por qué su círculo social estaba lleno de psicópatas?

Amigos de mentalidad inestable + su propia personalidad rebelde + alcohol en sangre + la frase "a que no te atreves…" = CAOS, DESASTRES, LLANTO.

Agh, rememorar su pasado le traía dolor de cabeza.

-Necesito una aspirina.

-Yo te dije que hiciésemos el amor para poder dormir, pero no quisiste. Preferiste pasar la noche en vela antes de con tu muy guapo esposo. Incluso me ofrecí a ser el de abajo y usar alguno de tus juguetes.

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