La bala.

2. Estan liados

[Narra África]

Entramos al AVE, nos tocó sentarnos en un apartado de 4 asientos, 2 enfrente de los otros 2. María se sentó al lado de la ventana mirando para la entrada, yo enfrente suya, también al lado de la ventana. Había una mesilla en medio, supongo que para comer, y María puso sus pies encima quedando medio tumbada. Me quede mirándola y ella dijo:

– Tía que no pasa nada, yo vivo en este tren de tantos viajes que hago

– Ya, bueno, pero..

– Déjate llevar anda - dice cerrando los ojos -

María siguió con los pies ahí, yo sentada normal, saqué una botella de agua de la mochila y la puse en la mesa para ir bebiendo durante el viaje.

Cuando no quedaban más de 10 minutos para que el tren iniciara el viaje, vi a María mirando a la entrada perpleja y con cara de embobada, yo no veía la entrada, así que me cambié al asiento que daba al pasillo y giré mi cabeza en dirección a la entrada. Y vi lo que María estaba viendo, y soltó "esa es Marilia" aún flipando. Era una de las aspirantes al puesto, iba con el pelo liso y una coleta alta, cuando la vimos por primera vez su pelo era rizado, muy rizado. Eso, Iba con el pelo liso y coleta alta, un vestido negro ajustado y unos tacones negros, llevaba un maletín y unas gafas oscuras, no se ni como María la reconoció, pero después de unos segundos mirándola habló

– Mariiiiliaa! – dijo alto-

Marilia se giró y dobló un poco la cabeza para ver a María. Esta se levantó y fue a hablar con ella, yo me quede en mi asiento, mirando ya para adelante esperando a que María volviera. A los dos minutos María volvió y con ella Marilia.

– Hola África, soy Marilia- dijo con voz muy dulce y quitándose las gafas de sol-

– Hola - dije sonriendo y levantando la mano en plan saludo-

– María me ha dicho que me puedo sentar con ustedes, espero que no les importe, si no yo me vuelvo a mi asiento - ríe-

– Ay no, claro que no me importa -digo cambiándome de asiento para dejar sitio a Marilia -

Al poco tiempo el tren comienza el trayecto.

– ¿Están nerviosas por la prueba? – dice Marilia-

– No mucho, bueno un poco, a ver depende pero no sé, creo que estoy bien ¿me entiendes? - dice María -

– Estamos nerviosas - digo yo, aclarando lo que ha dicho María -

– Normal, yo también, no he dormido nada.

– ¿Por que vienes han arreglada? - dice María -

– No sabía que ponerme si te soy sincera, como de primeras tenemos una reunión pensé ponerme esto ¿les gusta?

– Si si si estás guapísima, pero míranos a Afri y a mi, parecemos que nos vayamos a ir de botellón - dice María y nos reímos las tres -

Seguimos hablando sin parar, de temas varios, nada en concreto. Tras casi 3 horas llegamos a Barcelona. Mando un mensaje a mi madre al llegar, diciéndole que todo está bien y que luego la llamaría. Estamos las tres en la puerta de la estación, y decidimos coger un taxi, ya que no hay Ubers.

Nos lleva hasta la zona de encuentro, más tarde tendríamos que movernos a Tarrasa, allí se encuentra la base. Allí se encuentra Alba Reche, una chica bajita, de pelo rubio que le llegaba por los hombros, ojos grandes y de color bonito; muy bonitos. Viste con una camisa blanca ,algo trasparente, metida por dentro en los vaqueros, es ancha. Lleva un collar y pendientes de color oro, sus labios están pintados de un rojo carmín. Esta sentada en un banco con Sabela. Sabela, la gallega, iba vestida con unos vaqueros negros y un top rojo, tenía el pelo castaño, suelto y liso, un poco más largo que alba y los labios pintados de un granate. Nos acercamos las tres a ellas, nos presentamos y ellas, también.