Historia de un loco (yaoi)

801 20 0
                                    

Los gritos aumentaban, voces en su cabeza le hablaban, el ruido de los gritos de las otras habitaciones hacían que su estado empeorara.

-¿Cómo te sientes?-pregunto un doctor mientras se acercaba a la cama del pobre chico.-¿Nicolás?-el chico no contesto, solamente subió sus manos hacia sus cabellos para agarrarlos con fuerza. Esas voces en su cabeza lo volvían loco.

-Diles que se callen, por favor.-pidió el chico mientras abrazaba sus piernas y temblaba.

-¿De qué hablas?-pregunto el doctor confundido.

-¡ESAS VOCES!-grito el pobre chico mientras  con sus manos se cubría la cara.-¿No las escuchas?-pregunto mientras se quitaba sus sudorosos cabellos de la frente.

-Así es, no escucho nada.-dijo el doctor preocupado.

El chico no contesto, solo se limitó a abrir la cama y cubrirse con las sabanas. Él doctor se quedó quieto viendo el movimiento de su paciente favorito.

-¿Qué tanto miras?-pregunto el joven curioso.

-Me preocupas, Nicolás.-dijo con preocupación en su voz.-Pienso que en vez de estar mejorando estas empeorando.

-Bueno,¿soy un loco verdad?-dijo con seguridad en sus palabras.

-Solo estas en un hospital psiquiátrico.-dijo mirando a los ojos verdosos del otro chico.-Eh tenido peores pacientes.

-Soy un maldito loco,¿verdad?-dijo mientras se acurrucaba en su almohada.

-Esa son tus palabras, no las mías.-dijo el doctor mientras se levantaba y se dirigía a la puerta.-descansa, mañana tenemos que hacerte unas pruebas.

-Ok.-dijo el joven que se acomodaba a espaldas de la puerta.

-Descansa.-solo logro escuchar eso y la puerta cerrarse.

-Claro.-dijo ya solo en su habitación.

-Ala mañana siguiente-

Una mañana soleada sorprendió al joven, quien se encontraba bebiendo un poco de agua. Hasta que…voces y más voces, él joven tira el vaso de golpe y se agarra la cabeza con fuerza, pero esto no calmaba a las voces que seguía escuchando en su maldita cabeza, no aguanto más y cayó al suelo, llorando tratando de calmar los gritos de su mente.

-¡CALLENSEN MALDITA SEA!-dijo furioso mientras se golpeaba el rostro con sus manos, empezó a temblar repentinamente. Él chico ya arto de todo esto, tomo un pedazo de vidrio del baso el cual se le callo, y se lo clavo en su piel, no quería saber más.

La puerta se abrió de golpe, mostrando al doctor de la otra noche furioso. Se acercó al joven, le quito a la fuerza el pedazo de vidrio, y lo abrazo, consolándolo mientras el pobre chico lloraba en su pecho.

-¿Qué te eh dicho?-dijo el doctor mientras acariciaba los cabellos del joven muchacho.-No quiero que te cortes más.-dijo alejando un poco el joven de su pecho para mirarlo a los ojos.-Me duele verte así.-dijo acariciando la mejilla del muchacho.

Él joven no dijo nada, solo se limitó a llorar al frente de su doctor. Esté lo acercó y lo abrazo con fuerza contra su pecho.

-¿Te sientes mejor?-pregunto el doctor. Él joven no contesto, se sentía bien de esta manera.

-Sí.-dijo casi en un susurro.

Él doctor lo separo lentamente de su pecho, lo miro a la cara y vio que unas pocas lagrimas corrían por el rostro del pequeño puchacho.Este las retiro lentamente con su dedo pulgar. Se quedaron viéndose por unos segundos a los ojos para que el doctor raccionara.Lo tomo de la muñeca y lo llevo al baño de la habitación, su mirada se fue a la muñeca derecha.

Después de vendar la herida del joven ojiverde,el doctor lo tomo de la mano y lo hizo sentarse en una silla de ruedas. Él muchacho no dijo nada.Se sentó en aquella silla de ruedas en silencio, observando el suelo, no se animaba a ver a las demás habitaciones, le daba miedo.

Su camino termino cuando llegaron a una gran puerta de madera, el doctor la abrió con tranquilidad, entro junto al joven y lo hizo sentarse en una silla que había a la mitad de la habitación junto a una mesa de metal.

Una ves que le pusieron una especie de gorro en su cabeza, el doctor salió de aquella habitación dejando al joven muchacho solo. Él joven se mantenía en silencio, no se animaba a hablar.

Unos cuantos minutos pasarían para que los problemas empezaran. Él muchacho sintió un fuerte dolor de cabeza de repente, unos gritos se empezaron a escuchar en su mente,voces,gritos,suspiros,sangre, muchas cosas acumuladas en su pobre cabeza. Él pobre joven no aguanto más y se levantó de golpe de la silla, empujando la gran mesa de metal. Le dolía la cabeza y unas voces lo atormentaban.

-¡SAQUENME DE AQUÍ.-decía gritando el joven.-ELLOS VENDRAN Y ME MATARAN,¡JODER!-se repetía las mismas palabras en  su mente. Los gritos de su cabeza aumentaban. 

Morirás”

“Nosotros te mataremos”

“No te salvaras”

“Estamos en tu mente”

-¡ES MENTIRA!¡SALGAN DE UNA MALDITA VES DE MI CABEZA!-decía el joven llorando y con un fuerte dolor de cabeza.

De golpe la puerta de madera se abrió, el mismo doctor entro corriendo a ayudar al joven. Esté se soltó de golpe de su agarre, agarrándose la cabeza por el gran dolor de cabeza que sentía.

-¿Nicolás?¿Estas bien?-el doctor hablaba pero el muchacho no lo escuchaba.

-NO!-dijo de repente corriendo hacia el doctor para abrazarlo con fuerza. Esté se sorprendió ante tan repentino abrazo. Él doctor lo tomo entre sus brazos y lo agarro de la cintura para que este enredara sus piernas en las caderas de él. Él hizo caso y enredo sus piernas en las caderas de su doctor, sintió como salían de aquella horrible habitación y se dirigían a la de él.

Una vez que llegaron, él doctor se sentó en la cama, aún con  el joven encima sullo.Este solo lloraba en su hombro mientras que lo abrazaba. Él doctor se dejaba abrazas mientras que el abrazaba la cintura del muchacho.

 Se quedaron así un largo tiempo, ninguno de los dos se animaba a moverse, estaban demasiado comodos.Él doctor movió su cabeza para acomodarla en el hombro del muchacho, aspirando su olor a perfume, le encantaba ese olor.

-¿Te sientes mejor?-dijo el doctor. Esté no contesto, solo se acercó a la mejilla de su doctor para darle un beso. Esté se sorprendió ante tal acto, pero no se quedó atrás, tomo el rostro del joven y este lo miro sorprendido.

Él doctor se acercó lentamente hacia los labios del muchacho. Esté se sorprendió ante tal acto, pero también se acercó lentamente…hasta que…sus labios se juntaron. Los labios del doctor se movían ágilmente sobre los del joven, pidiendo permiso. Él muchacho abrió su boca y pudo sentir la lengua del doctor jugando con la suya.

Algo…mágico.  

Historia de un loco (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora