Estaba un día maravilloso, con mucho Sol y calor. Despertarse al lado de Luisita había dejado a Amelia totalmente en las nubes. Apenas podía pensar en aquella hermosa chica con la que había compartido un momento tan íntimo la noche anterior, en su rubia favorita, su Luisita. Caminó medio bailando en dirección a La Estrella y ahí entró, saludando a toda la gente con una tremenda sonrisa.
Natalia, al verla en ese estado, no pudo aguantarse sin preguntarle qué había pasado.
"Fui al King's, de urgencia. Y pasó lo más bonito de toda mi vida." - Respondió Amelia, suspirando en seguida.
"Imagino, imagino. Que tú crees que no me di cuenta de que has dormido fuera? - Contestó su amiga, guiñándole un ojo. - "Que tú y Lu..."
Amelia le tapó la boca más deprisa que un rayo de luz entrando por una ventana y le regañó: "Calla, calla, que nos pueden oír."
"Uff! A ver, Señorita Amelia. Me callo si me lo cuenta todo." - Chantajeó la pelirroja.
"Cuándo llegue nuestra hora de desayunar, ya nos sentaremos y te lo explico todo. Es que estoy tan, tan feliz!" - Exclamó Amelia, con un brillo muy especial en sus ojos.
Natalia no pudo contenerse y la abrazó con ternura. Aprovechando ese momento, le susurró al oído: "Me alegro mucho por ti, amiga."
Se alejaron, Amelia cogió la fregona y Natalia se hizo cargo del carro de servicio de habitaciones. Las dos empezaron sus tareas de limpieza en ese momento, llenas de energía. Al cabo de una hora, habiendo limpiado media planta ya, las chicas pudieron finalmente hacer su pausa, comer algo y hablar tranquilas.
"Bueno, ya sabes que salí ayer por la noche... Perdona, que mis ruidos te habrán despertado." - Empezó Amelia, muy seria.
"Tú no te preocupes. No he dormido muy bien también por Carlos. No dejo de pensar en ese hijo de puta. Ojalá no me gustara tanto!..." - desahogó Natalia, un tanto enfadada.
"Oye!" - Le advirtió la morena - "Tú ten cuidado. Me parece un hombre muy raro, como si escondiera algún secreto macabro."
"Ya... Pero olvídalo. Ahora es tu turno. Porqué te fuiste al King's a aquella hora?" - Cuestionó Natalia, impacientemente.
"Fui a ver a Luisita. Me llamó ahí." - Comentó Amelia, muy sonrojada.
"O sea: Que Luisita y tú?... No!..." - Casi gritó su amiga, con las manos tapando sus labios, de tanta euforia.
La vedette no pudo evitar y echó a reír como una cría. Intentó no atragantarse cuando dijo: "Sí, sí. Es que llegué ahí sin saber porqué me había llamado. Imagínate! Me invitó a tomar siento y empezó hablando de la carta que yo le había escrito."
"La que, al final, tenía Benigna." - Completó Natalia, siguiendo el hilo.
"Cómo? Que tú lo sabias?" - Se escandalizó Amelia.
Natalia le pidió que se tranquilizara un poco, para poder explicarse: "Benigna me vio llegar al Hotel cuando ella ya se iba. Me habló, en ese justo momento, de que le habías escrito una carta de amor. No me lo estaba creyendo de todo, hasta que me enseñó el exacto sobre que te había visto escribir para... Buah!, Es que la pobre mujer no podía adivinar que no era para ella, si no pa' tu Luisita. Toda una confusión, fíjate."
Amelia le miraba asombrada.
"Dios!" - Fue lo único que pudo decir.
"Perdón, eh?" - Le rogó Natalia, haciendo carita de 'perro abandonado'. - Si, al final, se lo he contado porque también creí que necesitabas un empujoncito." - Le confesó.
"Vaya. Eso fue un dramón! Si que Luisita leyó mi carta. Estuvimos hablando de ello, y de tantas otras cosas. Después de aclarar todas las dudas, me invitó a bailar juntas a la luz de la Luna y nos besamos muchísimo. Hasta nos quedámos dormidas abrazadas, en el sofá." - Contó Amelia, dulcemente y de ojos cerrados, como si estuviera reviviéndolo todo en su cabeza.
La pelirroja suspiró y se agarró el pecho: "Madre mía y del Amor Hermoso. Qué bonito, lo que me cuentas. De película!! Felicidades, amiga. Se lo mereces."
——
Mientras tanto, en la casa de Los Gómez, Luisita se bañaba tranquilamente. El água iba calentando lentamente su piel, haciendo que la chica se fuera sintiendo mejor, después de una noche tan... inolvidable. Sumergió por un instante, mojando su pelo y, al volver a la superfície, imaginó Amelia ahí con ella. Se ruborizó, su saliva dejó de existir, se le bajó un fuego inmenso a sus muslos, todo por pensar que podría tener a aquella mujer delante de ella, tal y como vino al mundo...
Le haría caricias... aquí. - Pensó la pequeña, mientras se tocaba el cuello. Cerró los ojos, se inclinó hacia atrás, quedándose medio tumbada en la bañera.
Y... no sé... creo que aquí también. - Fue bajando sus manos muy despacio hasta su pecho y se mordió el labio. - 'Mmmm. Muy bueno.' - Gimió bajito.
De repente, un golpe fuerte en la puerta despertó a la pobre de sus secretos más profundos:
"Luisita, Dios mío! Llevas ahí dentro como media hora ya, hija. Sal del baño ahora mismo, o te quedarás como una uva-pasa!" - Gritó desde fuera su madre, Manolita, muy preocupada.
La joven dio un salto, miró hacia la puerta y, comprobando que seguía cerrada, se levantó para enroscarse en una toalla. Se regañó a si misma por haberse permitido tanta intimidad estando gente en casa. Pero, al mismo tiempo, concluyó que lo que sentía por Amelia era verdaderamente puro y... muy intenso.
Por eso, por haber tenido este episodio, tenía ahora mismo un gran problema en su cabeza.
![](https://img.wattpad.com/cover/174683474-288-k269617.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Mil Veces - Una fanfiction Luimelia
FanfictionUna fanfiction con algunas verdades mezcladas sobre #Luisita y #Amelia, de la serie española Amar Es Para Siempre. Por: SometimesBraveC