Esa escena, en aquel cuarto del menor, lo recuerdo como si aún acabará de pasar cuando en realidad fue hace una semana, como de un abrazo llegamos a un beso, un beso entre dos chicos, en los labios, mira se que es el siglo 21 pero, si toda tu vida viste a los hombres como el ser menos atractivo del mundo y llega aquel chico de baja estatura, tez blanca, ojos azules,cabello castaño como el carbón, ¿mala comparación?, lo sé, pero esa personita provoca tantas cosas en mi, llevo días negando que tal vez sienta algo por un chico, pero ese día, no solo fue un beso, lo pude notar en su mirada, fue algo más para los dos, aunque el lo niegue y me diga loco por creer que ese beso puede llegara a algo más, seré un estúpido chico hormonal pero lo juro por Taylor Swift que ese beso me hizo sentir de una manera inimaginable, ninguna chica plástica lo había logrado, pero aún así, siento miedo, que pasara cuando alguien llegue a enterarse que bese a un chico y que ese chico sea mi mejor amigo, nonononono, sabes pequeño libro de notas, mañana te seguiré contando más de mis aventuras románticas y de esta nueva etapa, acabo de descubrir que me gustan lo chicos, pequeño libro de notas, SOY GAY.
Cierro el libro entre carcajadas y lo guardo en mi mochila mientras observó como llega mi maestro de la primera hora acababa de llegar al igual varios de mis compañeros llegan tras el pero solo la última persona logra tener toda mi atención; Alan, se que tengo tan solo unos minutos de haber aceptado mi orientación sexual, pero dios ese chico, como camina mientras sonríe y se arregla el pelo, como un ser humano puede verse bien haciéndolo, creo que debo estar babeando y más por la mirada que me dirige, yo solo le sonrió y quito mi mochila de la banca de al lado en la cual coloca su suculento trasero en ella.
– Ptsss... Alan – cuando consigo llamar su atención le sonrió como imbecil y me acerco a su oreja. – Te vez lindo hoy, más lindo que un día sin almuerzos radioactivos en la cafetería. – digo lo anterior en susurro casi audible para el contrario el cual niega con la cabeza y sonríe de lado a lado con las mejillas sonrojadas.
– Daniel mejor pon atención, no te volveré a explicar toda la clase en el almuerzo. – veo como el chico saca su cuarderno al igual que plumas y comienza a anotar todo lo que el profesor anota en el pizarrón. – Hablo enserio Daniel, no te volveré a explicar.
– No lo harás ¿Porqué tienes miedo de que te bese? – alzo una ceja mientras lo observó para después recibir un golpe en mi pierna derecha dado por su mano empuñada debajo del pupitre – Oye!!, mallugarás a tu mandado tonto. – dicho esto siento como una mirada sobre mi, es ahí cuando me topo al abominable hombre de las nieves, o mejor conocido como el profesor de calculo el cual ahora también miraba a Alan
- Joven Daniel y joven Alan tal vez sea mejor que solucionen sus problemas con el conserje mientras lavan los baños de hombres. – el señor gordo y canoso (de ahí su apodo, dah) se acerca a la puerta del salón la cual abre y mis mira como si hubiéramos hecho algo ultra malo.
Sin ganas tomo mi mochila al igual que Alan y ambos salimos del salón, apenas cruzamos la puerta cuando el anciano nos cierra la puerta, ahora ¿qué haría toda una hora libre?, lo sé, jugar con la sexualidad de Alan, así que tomo su mano y me lo a jalones al patio trasero, donde hay muchos lugares donde es muy difícil que te encuentren los estúpidos prefectos. Cuando al fin encuentro un lugar donde hablar lo vuelvo a jalonear, y llegamos un árbol que está pegado a la cerca de la escuela, yo soy el primero en sentarme luego él se sienta aún lado mío y saca un libro, el cual ni alcanzo a ver el título pero se que es de esas historias que hablan de un amor imposible, como el nuestro, aunque el no lo acepte.
– ¿Estás enojado?, sabes que él abominable hombre de las nieves me odia y tu pegandome, te pasas niko, te pasas. – veo como el contrario cierra su libro y comienza a reír.
ESTÁS LEYENDO
Solo Un Beso
Teen Fiction- Sabes que esta mal hacer esto... Los, amigos no hacen esto, Daniel tu lo sabes. - aquel chico de tez blanca, tal como si fuera porcelana comenzaba a sonrojarse, para ser específicos en sus mejillas, su respiración chocaba contra la mía, sus manos...