El cuerpo de Jonathan seguía debilitado por el intenso llanto de hacía un momento, y sus ojos azules estaban nublados y desorbitados. Sin embargo, se las arregló para llegar a la habitación sin tropezarse con nada.
Abrió el cajoncito de su mesa de noche, sacó el reloj, y se quedó mirándolo entre sus manos. Le invadió de repente una gratitud inmensa hacia aquel misterioso anciano. Gracias a él, había una posibilidad de arreglar esa catástrofe que había ocurrido.
Caminó hacia el baño con el reloj en la mano, aún tembloroso y con la respiración agitada, con su usualmente perfecto cabello desprolijamente esparcido sobre su frente humedecida por el sudor. Usó su mano libre para echarse algo de agua en la cara, luego se secó, y trató de normalizar su respiración.
Miró su reflejo, y se dio cuenta de un detalle: Si retrocedía, iba a crear una nueva línea de tiempo. Iba a dejar una miserable versión de si mismo en la línea actual, obligado a vivir una vida entera sin el amor de su vida. Eso era asquerosamente egoísta de su parte.
Pero simplemente no quería pasar un solo segundo más en esa horrible línea, donde Sherwin estaba muerto. Sin pensarlo más, inspiró profundamente, y presionó una vez el tercer botón del reloj.
*1 hora* ⬅
Tuvo arcadas cuando volvió a sentir el suelo bajo sus pies. A esas alturas debería haber estado acostumbrado a la sensación de sus órganos danzando dentro de su vientre, pero evidentemente seguía afectándole.
Estaba de pie frente a la mesada de la cocina, y sobre esta había un plato de panqueques con frutillas, uvas y duraznos picados.
–Hmmm, eso se ve delicioso... Y el desayuno también –Dijo pícaramente Sherwin detrás de él.
Jonathan se volteó... Ahí estaba él. Con su rojizo cabello aún humedecido por la ducha que acababa de tomar, y una sonrisa adornando su linda carita.
Estaba vivo.
No lo pudo evitar. Dio algunos rápidos pasos hacia él, y lo envolvió entre sus brazos de un modo fervoroso, besándolo en toda la cara, tocando su cabello, oliéndolo, sonriendo contra su piel, suspirando lleno de gratitud, haciendo todo eso casi al mismo tiempo. Le faltaban sentidos para percibir a Sherwin.
–Jonny, parece que no me hubieras visto en meses –Se reía el pecoso, retorciéndose porque el moreno estaba haciéndole cosquillas sin querer.
–Yo... –No podía parar de besar sus mejilla, su nariz y su frente, estaba fuera de control–. Solamente me siento muy afortunado de tenerte en mi vida. Muy, muy afortunado de verdad.
Ya le importaba un comino el Jonathan de la otra línea de tiempo. En el aquí y ahora, Sherwin estaba vivo. Y él estaba feliz y agradecido por eso.
–Jonny... –El pelirrojo estaba derritiéndose por esas palabras. Rodeó su cuello con sus brazos y lo besó–. Yo soy el afortunado aquí.
Siguió besándolo un poco más, y después se separó un poco cuando ambos oyeron el sonido de la cafetera. Antes de separarse completamente, el pelirrojo le dejó un beso más en la mejilla.
–Te ayudaré a llevar todo a la mesa –Dijo dulcemente el muchacho, y fue a buscar la cafetera y dos tazas.
Era asombroso para Jonathan. Se había sentido inmensamente feliz, inmensamente triste, y luego de nuevo inmensamente feliz, todo en menos de una hora.
El desayuno transcurrió exactamente como había sucedido un rato antes. Hablaron de la estresada semana, y de ir al cine en la noche. Sherwin de nuevo fue a dejar su plato al fregadero, ofreciéndole a Jon que eligiera la película, y que él iba a imprimir las entradas cuando volviera de la Universidad. Buscó su mochila, la halló en el sofá, se la puso al hombro, luego buscó sus llaves y las puso dentro del bolsillo de su abrigada chaqueta negra.
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"One More Chance" (Sherwithan AU)
Historia CortaUniverso alternativo de Sherwin y Jonathan (Sherwithan), la pareja del cortometraje "In A Heartbeat". [Advertencia: Esta historia hace referencia explícita a situaciones sangrientas, muerte y suicidio. Léase bajo su propio riesgo]. Mucha gente quisi...