Parte 1

4 3 0
                                    


     Este es sin duda el mejor momento de mi vida.

Soy joven, apenas tengo catorce años y mentalmente me siento mayor, no como las típicas niñitas de mi edad. Tengo muy buena salud, una muy excelente relación con mis hermanos y mi padre, me va bien en el colegio y disfruto de mi primer novio. Estoy en relajo total, es un año muy liviano ya que el siguiente será muy difícil al entrar a educación media, por eso estoy tomando este para relajarme. En mi grupo de amigas todas tenemos la misma misión; disfrutar el año.

Es como estar en vacaciones.

–¿En qué piensas?

–En lo lindo que es estar contigo –le contesté a Cristóbal intentando sonar lo más romántica posible, consiguiendo una preciosa sonrisa de su parte.

–Me gusta que lo disfrutes tanto como yo. Te quiero.

Cerré mis ojos, podía sentir mi corazón latir aceleradamente. El viento frío me hizo estremecer.

–Quizás sea mejor entrar o acabaremos enfermos –aconsejó con su típico tono de voz divertido como si estuviéramos en una situación chistosa, quizás se debe a lo alegre que es.

Me levanté del césped y giré para ver como el resto de mis amigos ingresaba igualmente a la casa para huir del frío que ya comenzaba a hacer por la llegada del invierno.

–Vamos, nos queda poco tiempo antes de que venga a buscarte tu papá –me tomó la mano y nos dirigimos hacia dentro.

Nos encontrábamos reunidos, todos mis amigos y los suyos, en su casa para jugar wii y comer pizza. Pero mi principal motivación es pasar más tiempo con él pues no nos vemos jamás después de la jornada escolar ya que tengo que regresar directamente a casa.

–¡Miranda, ven! –se acercó mi mejor amiga, Sandra, entusiasmada.

–¿Qué, para qué?

–¡Tú ven y deja a Cris! –me tomó la mano y jaló de mí para dirigirme quizás hacia qué sitio.

Le lancé una mirada disgustada a Cristóbal y él me respondió con una sonrisa burlona. Sandra me llevó a la cocina, donde estaban todas mis amigas reunidas ordenando para no dejar la casa tan indecente.

¿Qué querían de mí? Estoy totalmente disgustada. Con ellas me hallo siempre y ahora sólo quiero estar con el chico guapo que se encuentra en la sala de al lado.

Es sorprendente como mis prioridades cambiaron tanto: el año pasado sólo quería conseguir muchísimas amigas para invitarlas a mi casa a jugar y ver películas, ahora sólo quiero pasar más tiempo junto a Cristóbal y sé que el próximo año tengo que concentrarme y esforzarme un cien por ciento en los estudios para poder ingresar en la carrera universitaria de lo que sea que quiera dedicarme en el futuro. Pero realmente no sé si pueda concentrarme sólo en eso si sigo con Cristóbal...

Mantuve una interminable conversación con mis amigas, que rápidamente consiguieron mi atención pero a medida que iban transcurriendo los minutos de manera tan velozmente, me iba desesperando más por no poder marcharme para estar con quien yo quiero.

Eché un vistazo a la hora. Mi padre debería estar viniendo por mí.

Siento tanta desesperación que me invadieron las ganas de llorar, me puse de pie y abandoné la habitación sin decirle nada a nadie. Cristóbal me recibió con una mirada cariñosa, partí directamente a su dirección sin poder evitar estar nerviosa en todo momento.

–Ya son las siete –me informó con tono triste al tiempo que me envolvió con sus brazos. El abrazo me quitó el habla por un momento. Aún no me acostumbro a su compañía, es extraño sentirse tan emocionada con sólo una pequeña muestra de cariño como lo era un abrazo, que me tomara la mano o que acariciara el rostro.

–No me quiero ir...

–Tranquila, nos vamos a ver el lunes.

–Sí –le contesté, pero mi voz sonó más antipático de lo que quería.

–Hey –no quise mirarlo, me hice de rogar simulando enojo que en realidad no siento. Estoy molesta, sí, pero no es culpa suya que no podamos vernos los fines de semana ni después de clases.

Sentí su cálida mano bajo mi mentón, dirigió suavemente mi rostro hasta donde estaba el suyo, la cercanía y la electricidad que se sentía en el aire estaban a punto de matarme con un infarto. Lo miro a los ojos, extremadamente nerviosa.

¿Acaso hoy daré mi primer beso?

¿Ahora? 






¡Los invito a seguir leyendo! porque no es lo que parece ewe

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Los invito a seguir leyendo! porque no es lo que parece ewe

Gracias por leer :) ¡Actualización lunes y viernes! PERO por ser primera vez que publico, subiré otra parte más.

Si no aguantas la espera, y eres de Chile, ¡ya puedes comprar el libro! Cóntactame en mis redes sociales para conseguirlo ❤ (disponibles en mi perfil)

SaltosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora