Capitulo 1

20 1 0
                                    

Cerré los ojos y pensé en el deseo "Sí, ese", me decidí. Lentamente los abrí y soplé con mucha fuerza mientras vela por vela se iba apagando.

Inmediatamente la sala retumbó en aplausos que descoordinados, juntos sonaban como las olas de Port Ferr azotando el muelle del olvido. Entre ellos, los muchachos del equipo de futbol, con sus grandiosas chaquetas de cuero negro y mangas blancas aullaban como lobos de Port Ferr High School y daban grandes risotadas. 

-Feliz cumpleaños, cariño-. Dijo Avril, aún con el pastel decorado con distintos colores y diecisiete velas blanquecinas sobre él.- ¿Qué pediste?-

-Si te lo digo ya no se cumplirá-. Le sonreí. -Pero si tanto es tu interés, pedí para que se te exploten los implantes que traes en las bubis-. Solté una risotada mientras ella me fulminaba con la mirada.

La campana sonó y y en un abrir y cerrar de ojos los demás salieron despavoridos por ambas puertas del aula. Mi mejor amiga aún me acompañaba en la sala con algunos compañeros restantes. Ella era como el sol de Port Ferr High School, era popular, todos los chicos querían salir con ella, no había más palabras, ella era simplemente perfecta. Estoy segura de que de algún modo hasta convenció incluso a los jugadores de la escuela que se unieran a la celebración. Yo no contaba con muchos amigos, no era tan popular como ella. Aunque sea difícil de creer de alguien que es amiga de una chica como Avril, no resulto ser tan sobresaliente como ella, mas bien soy invisible estando a su lado.

Cogimos nuestras cosas y nos largamos del salón lo más rápido posible. La gente se acumuló en la puerta de salida lo cual se nos complicó ya que aún llevábamos el pastel sobre nuestras manos. Al pasar todo tumulto de gente nos alegramos de haber conservado el pastel con vida hasta la puerta de salida donde todos se dispersaban escapando de la escuela.

-Avril-. Escuchamos una voz masculina a nuestras espaldas y de manera inmediata la reconocí. 

Era Adrián del equipo de futbol. El insoportable y egocéntrico Adrián, con pestañas y cejas frondosas, labios carnosos, ojos verdes, metro ochenta de largo, dos neuronas en el cerebro y una amplia lista de chicas vanidosas e incrédulas que cayeron en sus ridículos encantos; y en su cama. 

-¿Puedo retirarme antes de que me den ganas de vomitar?- le rogué a Avril.

-Disculpa no pensé que dejaran traer mascotas a Port Ferr High School-. se dirigió hacia mí con ese gesto arrogante. -¿No Avril?-. Quería golpearlo.

-¿No hay día que no se demuestren ese afecto que se tienen?-. Dijo  Avril vacilando un poco. -Deben de dejar de hacer eso, no puedo seguir partiéndome en dos-.

Avril y Adrián fueron novios un tiempo. En la opinión de todos eran la pareja perfecta de la escuela, el sexy jugador de futbol con la candente porrista de los lobos. En mi opinión eran una bomba de tiempo y así fue. Adrián engañó a Avril en una fiesta y después de eso ayudé a Avril a vengarse de él con un muy buen sentido poético de la justicia al destrozar su bello convertible rojo, la segunda cosa que más amaba después de él. Ante todo pronóstico terminaron disculpándose y volviéndose mejores amigos, para mi terrible suerte.

Desde aquel día que vi el corazón de mi mejor amiga destrozado, no pude evitar sentir cierto repudio hacia aquel idiota de metro ochenta. Hasta el día de hoy Adrián y yo nos detestamos. Completamente incompatibles como agua y aceite, él y yo nos hacemos la vida imposible a diario como si fuera una rutina cotidiana. Estoy casi segura de que el sueño húmedo de Adrián es desplazarme como la mejor amiga de Avril.

-¿De qué hablas? si la tabla y yo nos llevamos muy bien-. Iba a golpearlo. -¿Cierto?-.

"Sí seguro, como tú y el desodorante" Pensé mirándolo con una sonrisa hipócrita. Me iba a dar la vuelta dispuesta a marcharme ya que no soportaba a Adrián ni menos incomodar a Avril con nuestra escena de discordia (o mejor dicho desprecio mutuo) tal como Leonardo Da vinci y Miguel Angel. 

Los sieteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora