iv; Cara conocida

—Uh, ¿Señor Tomlinson?— El chico del que anteriormente me había olvidado habló. Me separé lentamente de Harry y miré a ¿Niam? No escuché su nombre completo, bueno al menos Harry no me dejó hacerlo. Ese chico me resultaba familiar.

Harry también volteó, a veces se me olvida que los dos somos Tomlinson ahora, gracias a mi insistencia él terminó usando mi apellido.

—¿Louis?— Señaló con la cabeza a el chico. Su cara reflejaba confusión.

—Soy Niall— Alzó su mano y la agitó —Lindo cabello— señaló los rulos de Harry. Le miré con una ceja levantada. Por qué todos tienen que ver demás a Harry. ÉL.ES.MÍO.

Se escuchó un chillido. Giré mi cabeza a la puerta. Ahí se encontraba de nuevo esa narizona.

—Señores Tomlinson, no pueden estar aquí, mi-mi jefe me ha llamado la atención— Se acercó a nosotros mientras cerraba la puerta. Ella hacía movimientos suaves de sus caderas, queriendo llamar la atención, pero, en vez de eso a mi me hace querer apartar la vista rápidamente.

—Mire señora, para iniciar, usted me trajo aquí— Gran mentira Tomlinson, gran mentira.

—¡Usted entró a la fuerza!— Me gritó.

—¡No le grite a mi espo-!— Harry dejó de hablar de repente, miró mis ojos, el empezó a sollozar y a soltar quejidos.

—Harry, Harry, ¿qué te pasa?— Lo tomé de los hombros y lo sacudí. Él empezó a temblar. —¿¡Qué espera!? ¿¡Una invitación!? ¡Llame a alguien!— Jalé una de las almohadas de la cama del rubio y se la lancé a la narizona.

—¡Dios!— Corrió a mi y casi sentí como jaloneaba a Harry.

—¿Pero qué hace? ¿Que tiene popó en la cabeza?— La empujé —¡no lo va a aguantar y lo tirará, llame a alguien más profesional!— Ella salió como una bala de la habitación, Harry empezaba a jalar mis cabellos.

Quité los tubos de el suero de un jalón y eso hizo que salieran pequeñas gotas de sangre, tiré el carrito de suero al suelo y, tomando impulso, empecé a dirigirme a la puerta rozando mis pies con el suelo. Antes de lograr salir entró un supuesto doctor de un portazo, me dió en toda la nariz con la puerta.

—¿Qué mierda?— Puse instintivamente las manos sobre mi nariz mientras veía como la sangre resbalaba de esta. —¡Todos ustedes son unos malditos inútiles!— Grité pataleando. Ví como el viejo rompe narices se llevaba a Harry mientras que la doctorcita sacaba un paño de su bata y me lo ponía en la nariz. El paño era color blanco que rápidamente pasó a un rojo.

Giré mi cabeza. El chico miraba todo en silencio.

El ambiente de la habitación se volvió tenso.

—Umh.— El rubio hizo un sonido de incomodidad y mordió sus labios.

—...— Me quedé en silencio mientras jalaba mi cabeza hacia atrás, impidiendo que la sangre se filtrara por mi nariz.

La doctora Polo, o como se llame, me miraba un poco asustada. Se agachó lentamente y recogió el carrito de suero que anteriormente tiré al suelo. Boqueó un rato.

—Lamento todo es-

—No usted no lamenta nada, tendrá una queja y tal vez dándole dinero a su inútil jefe la despidan— Lancé su paño a un sillón, salí lentamente de la habitación y me dirigí a un elevador.















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Cabe aclarar que no odio a Eleonor, pero tampoco me agrada

Siento que hay mucho drama.
ME DA PENITA ESCRIBIR ESTO, me siento así como avergonzada de lo que escribo.

Four in house; 『Larry Stylinson』 「l.s」     [M-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora