B O D Y G U A R D S

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| P R O L O G U E |

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| P R O L O G U E |

MANHATTAN, NUEVA YORK
20 AÑOS ATRÁS

Los pasos apresurados de aquel muchacho resonaban por los pasillos de la gran mansión, mientras salía de la casa.

La voz amarga y desesperada de su jefe aún resonaba en su cabeza. 

«¡La quiero lejos de aquí! ¡Tirala, da la en adopción, yo que sé!»

En sus brazos, envuelta con una manta muy ligera y poco calentita, llevaba a una bebé. 

No tenía idea de qué hacer. 

Tirarla no era muy bien visto y tal vez dejarla en algún convento era lo más lógico pero algo le impedía hacerlo. 

Un suspiró cansado salió de sí. 

Así que, simplemente detuvo su paso apresurado y vio a la pequeña criatura entres sus brazos. 

Dormía plácidamente sin hacer ningún ruido. 

Cuando una persona llegó a su mente sin pensarlo. 
Conocía a alguien que podía cuidar de ella. 

Tomó el primer taxi que pasaba por ahí y oculto el rostro de la criatura en su pecho con delicadeza. 

Sólo esperaba que no empezará a llorar. 

Le dio la dirección al hombre hacia Queens y aún en medio de la desesperación, trató de mantenerse en calma para no levantar sospechas de que pasaba algo. 

Se aseguró de que la bebé aún estuviera dormida en cuanto bajó del taxi.

Y tocó la puerta del departamento con desesperó. Su mirada vago por el lugar asegurándose de que nadie le siguiera. 

Conocía a su jefe. 
Sabía que a pesar de no estar haciendo algo malo, tenía ojos por todas partes vigilando e informando de absolutamente todo lo que hacía su gente. 

Tocó de nuevo desesperado y cuando finalmente la puerta fue abierta, entró tan rápido como pudo. Sin permitirle hablar a la muchacha frente suyo. 

— ¿Pero qué… 

— Shhh… — interrumpió, con apuró asomándose por la mirilla de la puerta. 

Los ojos de la muchacha bajaron a sus brazos. 

— ¿Pero que crees que haces? — repelo.— Estás aplastando su cabeza — añadió, quitándosela con delicadeza para cubrirla con otra manta más gruesa que había en su sofá. 

Volvió su mirada a él.— ¿De quién es? — interrogó, curiosa.— ¿Tú novia te pidió cuidarla? — bromeó, revisándola con cuidado mientras se mesia de un lado al otro para calentarla un poco.

El muchacho negó, mientras miraba por las ventanas esta vez. 

— La esposa de mi jefe dio a luz hace poco…— explicó, volviendo a ella.

BODYGUARDS | T. H. & H. O. [En Edición] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora