Esta historia, llena de una fiebre llamada David que está presente en la vida de Adara, ella va a su primer año de universidad y si su vida fue tranquila antes de entrar a la universidad ahora todo cambiara, tratara de luchar por el amor del mejor...
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Un mes después
Después de aquella conversación, David se había vuelto más distante recibí su respuesta luego de varios días, se habían acabado las conversaciones fluidas por lo que había pensado que mejor era dejar que las cosas fluyan y no seguir alimentando una ilusión, dejar que todo se acomode en su tiempo y no forzar nada pues si se fuerzan las cosas se acaba muy rápido, ¿Para que seguir en algo cuando las conversaciones según yo se habían vuelto más forzadas? Y aunque trataba de que no sea tan importante en mi día a día no estaba funcionando ya que eso me estaba afectando indirectamente incluyendo a mis emociones
─ Adara podrías pasarme ese último globo ─ordenó mi madre y la mire de mala gana.
Hoy daría la gran sorpresa ya estaba en los cuatro meses y se le empezaba a notar más la barriga. No había podido decirle nada a mis tíos hasta el día de hoy debido a que se le habían incrementado las ventas en el trabajo y debía estar presente para una nueva colección que saldría pronto
─ahora voy ─me levante de mala gana y se lo entregue
─ ¿Qué tienes cariño? ─ preguntó amablemente cuando le entregue el globo
─nada ─respondí cortante y ella me quedo mirando fijamente
─ ¿qué ha pasado? Mire señorita resulta que soy su madre y que la conozco desde el primer día que te vi tan pequeña e indefensa, por no decirlo que te conozco desde que eras una pequeña semillita en mi vientre ─insistió y negué ─. No me digas que es por Alan, porque si es así, tendré que hablar seriamente con ese muchachito
Alan últimamente venía muy seguido a mi casa y me invitaba a salir, mi madre estaba encantada con él y sí, quizás en su momento me distraía, pero por más que intentaba sentir algo por él simplemente no podía. Uno no manda al corazón, el corazón manda en uno.
Y por eso me enojaba conmigo misma, me enojaba y me daba iras por no poder olvidar aquel sentimiento por David, odiaba seguirme aferrada a algo que no iba a suceder nunca.
─no mami, es algo sin importancia ─respondí y ella me abrazo, últimamente las hormonas del embarazo la tienen así, dando amor a todo el mundo.
《Y, sobre todo a mí me encantaqueseponga en esos planes》─ fíjense en el sarcasmo
Tome el teléfono al ver un mensaje de David y me separe de mi madre, ya que nadie se tenía que enterar de aquel gusto por el mejor amigo de mi hermano, para el mundo éramos dos desconocidos
David: Adara ¿qué opinas de este dicho \"tienes que dejar de correr detrás de alguien y ver quién corre detrás de ti\"?
Yo: Pienso que es cierto, a veces estamos tan aferrados a una persona que va delante de nosotros que nos olvidamos de que detrás alguien corre por nosotros y es algo loco
