Esta historia, llena de una fiebre llamada David que está presente en la vida de Adara, ella va a su primer año de universidad y si su vida fue tranquila antes de entrar a la universidad ahora todo cambiara, tratara de luchar por el amor del mejor...
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Me permití reírme un momento debido a que pensaba que me estaba jugando alguna broma, pero al ver su seriedad descarté aquella idea y volví también a mi seriedad
─ ¿Estás hablando enserio? ─pregunte sorprendida y asintió
─ Quizás seas tímida porque siempre has vivido bajo la falda de tu mamá y por eso tienes esa vida tan monótona, sin vida, una vida manipulada ─lo mire de mala gana y ofendida por lo que me acababa de decir y este puso su mano en mi hombro ─. Lo siento pero es la verdad, y yo como tu buen amigo te ayudare a que vivas más tu vida, a que aprecies que la vida es de riesgos y de no dejarla pasar.
Si claro, mi gran amigo
─ ¿Quién te ha dado el derecho de opinar sobre mi vida y meterte en ella? ─cuestione y sonrió
─La verdad es que nadie, pero vuelvo y te repito, soy tu amigo y quiero que eso cambie sé que me lo agradecerás ─respondió de la manera más tranquila
─ No lo haré ─respondí de inmediato, estaba loco si pensaba que saldría de mi casa y peor escapándome, él sonrió negando
─te freseas ─se burló, entonces me separe un poco de él y estire mi mano. Odiaba que se ponga en ese plan para conseguir algo
─está bien me escapare contigo, pero a las siete de la mañana tengo que estar en mi habitación ─señale la ventana de mi habitación y él cerró el trato con una estrechada de mano
─ David aquí estas ─llego mi hermano un poco confuso porque mi mano estaba con la de David y ambos nos separamos rápidamente, pase mi mano por mi cara sonriendo y miro a su amigo─. Vamos adentro tengo unas dos que tres. (Cerveza)
─a las 11:30 te espero en la esquina y en mi moto ─susurro pasando a mi lado y yo asentí con mis labios apretados
Me acosté en el pasto y cerré los ojos por un segundo y los volví a abrir cuando escuché que todos los niños empezaron a salir al patio a jugar y se reunieron por donde yo estaba acostada.
─uno, dos y tles ─dijo mi primo el más pequeño
─Adara puedes jugar un rato con nosotros porfis, porfis ─rogaron ahora mis 5 primos frente a mí y no me podía resistir, se veían tan adorables
─jugamos, pero solo un rato ─advertí levantándome y ellos asistieron saltando y aplaudiendo.
─mi tía ha dicho que estabas como un ogro ─se burló mi primita haciendo muecas
─ ¿qué quieren jugar? ─pregunte ignorando lo del ogro, todos se reunieron a un lado y vino Mathew a decirme
─puedes poner la canción de soy una taza ─ asentí.
Empezamos a bailar y al terminar la canción todos nos sentamos en círculo y me pidieron el gallo Bartolito, de alguna forma de gustaba jugar con ellos, aunque a mi edad piensen que es ridículo.
