7 𝔯𝔦𝔫𝔤𝔰 [🍑] 𝓳𝓪𝓮𝓳𝓾𝓷

𝓻𝓲𝓷𝓰𝓼

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—¿qué tal las notas? —yuto pregunta, en la solemne cena que los cuatro comparten, así como cada noche, la cocina iluminándose bajo el brillo de sus cubiertos. 

renjun está masticando un trozo de bistec mientras su padre habla, dispuesto a contestar que «todo va sobre ruedas». 

—muy bien, papá —en cambio, yuta sonríe en dirección al hombre, empalagoso. 

tiene el rostro manchado de embuste pero dios lo bendijo con la suficiente complacencia como para mentir limpiamente. el menor lo mira reflexivo, no hay ningún rastro indecente en su estampa, tan solo una piel camaleónica que él ya ha visto cambiar. 

—estamos muy contentos con la reunión del otro día, una lástima que tu profesor de historia no pudiese asistir. 

yuta pestañea.

—sí, una lástima. la próxima vez será. 

—¿y tú, cariño? —la voz de la mujer a su izquierda lo saluda, dadivosa.

—bien. he estado mejorando mi rendimiento en matemáticas —con una mueca mansa dice, esperando distraerlos lo suficiente de las intenciones subrepticias. 

—hijo —su padre lo llama —no seas tonto. si hay algo que se te de bien, explótalo. eres bueno en muchas cosas, no desperdicies eso. no hagas como yo y te conformes con una miseria. 

el chico mete otro trozo de bistec a su boca, el sabor más bien salado no combina muy bien con su talante, pero lo deja flotando en su propio juicio, como nadando en un mar negro sin final o comienzo. 

—tu trabajo no es una miseria, yuto —sana interviene, las cejas rectas, el pulso firme. 

una mordaz pequeña risa sale del gaznate de su marido, pero ellos no son conscientes, no de la nube que se cierne sobre ellos, oscuros rayos y truenos ensordecedores que no pueden oír, solo porque están atrapados en su propia espiral de lóbregas tinieblas. 

—¿no crees que sea una miseria estar constantemente relegado a un segundo plano cuando tú y yo sabemos muy bien que puedo hacerlo mucho mejor que ese mequetrefe de takada?

—es que no sabes esperar —yuto interrumpe a la mujer, hastiado.

—yo he levantado su empresa, sana. yo. y me lo pagan como si fuera estúpido. ¿qué demonios se supone que tengo que esperar? se creen que poniendo a cualquiera un poco joven y guapo el índice de audiencia aumentará, pero les va a salir el tiro por la culata, ya verán. la gente me tiene confianza porque llevo mucho tiempo en esto, pero no se dan cuenta de lo que están perdiendo. 

—no estás siendo indulgente.

—he sido indulgente durante cinco años. mi paciencia tiene unos límites —anuncia él —. ¿o es que si te relevaran a asistente de un nuevo director ejecutivo del hotel no te jodería siquiera un poco?