Capitulo 2

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- Repito están rodeados, salgan con la mano en alto.

- ¡Mierda!!!!, ¡Era una trampa de este hijo de su madre! -G1 Miro al oficial Rodríguez con desprecio y odió.

- Confíen en mi, seguro alguien los vio y llamo a la policía. Para demostrarle que soy de confianza saldré primero y le diré que los tengo detenidos.

- Eso no me convence mucho, ¿como cree que vamos a demostrar nuestra inocencia encerrados bajo rejas? -(?)- Mejor muero aquí ha pagar por un crimen que no cometí.

- Estoy de acuerdo -G2.

- No se preocupen por eso, buscaré la forma de sacarlos de ahí. Pero deben confiar en mí.

- ¿Que opinas Benelope?

- No sé por que pero tengo la cabeza vuelta una mierda, así que te vuelve jefe de él escuadrón de novatos (?) ¿Aceptás?

- Pues claro.

- ¿Ahora que hagamos jefe?

- Mi instinto dice que no confíe en el, pero tengo un plan.

- Sabes que te puedo escuchar ¿cierto? -Rodriguez hablo mientras se acercaba a ellos.

- Sí, se que estás escuchando es para que sepas que no confío en tí.

- Entonces que harán en 30 segundos entrarán por ahí y nos matarán a todos sin excepción.

- Iremos contigo.

- Sabia decisión.

Rodríguez salió de la casa dió la orden de entrar sin fuerza ya que los novatos se rindieron. Fueron llevados a la central de policía, los interrogatorios eran cada hora. Duraron 2 días en esa mismo procedimiento.

- Comandante Rodríguez lo buscan en su oficina.

- ¿Quién?

- Dice ser enviado por el presidente.

- Dígale que voy en unos minutos.

- Entendido señor.

- Parece que el presidente le ayudará. - Rodríguez estaba con los novatos hablando como iban a escapar.

- Eso esperó.

Rodríguez se retiró camino a su oficina.
Vio a un hombre estatura normal, un poco gordo, ojos color miel, cabello negro, pero algo en su forma de caminar y mirar causaban un aura de respetó.

- Veo que está cómodo revisando mis cosas.

- No se preocupe no tomaré nada.

- Que hace un hombre de los del presidente aquí en esta ciudad.

- Venga tome asiento. - El desconocido se sentó en la silla de Rodríguez.

Rodríguez lo miro con desprecio, pero algo en ese hombre de decía que no le llevará la contraria. Rodríguez tomó asiento.

- Ahora respóndame.

- Para ser sincero no vengo del gobierno, para estar claro, soy una persona independiente de cualquier gobierno del mundo así que no existo.

- ¿Entonces que hace aquí?

- Vine a buscar a mis aprendices. No es obvio.

Rodríguez empezó a reír.

- ¿Que le causa risa?

- Su nivel de estupidez, cree que le daré a esos jóvenes ahí dentro así no más sin saber quién es. Eso es divertido.

Inocentes O CulpablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora