bad bitch

Capítulo 1

¿Tres horas de historia? ¿Tres malditas horas seguidas de historia?

Revisé el horario de mi nuevo instituto por tercera vez. Tal como las otras dos veces, leí claramente que los Lunes empezaba el día con tres horas de historia. ¿Es en serio?

Traté de nombrar en mi mente una materia mas aburrida que historia para levantar mi animo, pero fracasé con creces.

Maldije en voz baja mientras metía el papel en un bolsillo de mi campera de cuero.

Sinceramente no era la mejor manera de empezar el año escolar, pero conociendo la suerte que tengo seguro esto no sería lo peor del día.

Ignoré mis ganas de saltearme las clases, como solía hacer en el otro instituto, y me obligué a dar unos pasos hacia las clases mas aburridas de mi vida. Wuuu

Cuando llegué a mi respectiva aula, unas cuantas escaleras después, me fijé la hora en mi celular para asegurarme de que no llegaba tarde. Al parecer me encontraba un tanto inmersa en éste, ya que terminé estampándome contra algo duro.

Levanté la vista de mi celular y me encontré con el pecho de un chico, y un poco más arriba con un par de ojos turquesa. Algo en ellos me resultaba familiar y al mismo tiempo aterrador. Su cabello era oscuro con unas pocas ondas y su altura sería demasiado intimidante si no fuese porque lo conocía.

Retrocedí torpemente unos pasos percatándome de quién se trataba.

En ese instante un huracán de emociones me inundó, de las cuales se destacaban pánico, confusión, ¿odio? y otras que no podía descifrar en ese momento.

Me quedé paralizada sin saber como reaccionar. Mi boca se encontraba entreabierta y mis ojos no podían apartarse de los suyos.

¿Qué hacía mi ex en mi instituto?

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2 HORAS ANTES

-¿Dana?...- balbuceé en mis sueños.- Pensé que éramos amigas...

Parpadeé ligeramente y seguí durmiendo mientras me acomodaba nuevamente en la cama. Esto último terminó provocando que mi sabanas cayeran al suelo.

Gruñí.

Intenté conciliar el sueño devuelta, ignorando mi falta de sabanas, pero fue algo imposible. No me gustaba dormir sin sabanas, y menos cuando me encontraba completamente...¿desnuda? ¿Por qué me encontraba desnuda?

Mis ojos se abrieron súbitamente y traté de sentarme en la cama. Al instante un punzante dolor se esparció por toda mi cabeza.

Genial. Tenía resaca.

Además de eso no lograba recordar exactamente lo sucedido la noche anterior, como generalmente me pasaba.
Solo esperaba haber elegido a alguien lindo esta vez.

Le quité importancia a estos sucesos que solían formar parte de mi rutina y comencé a vestirme.

Tomé una musculosa negra, unos jean negros y una campera de cuero, negra también ¿por qué no? Después de todo la ropa negra siempre es la mejor opción.
Me miré de soslayo en el espejo y decidí soltar mi cabello rubio, o más bien prácticamente blanco. Si, así está mejor.

Luego, bajé las escaleras hasta la cocina para hacer el desayuno. Me moría de hambre. Mi cuerpo pedía a gritos una dosis de carbohidratos. Lamentablemente, en vez de eso, tendría que conformarse con unos froot loops.

En estos momentos es cuando me arrepiento de estar viviendo sola a los 17 años, mientras podría estar comiendo un buen desayuno hecho por alguien más.
Además de eso, abundaba el silencio en la casa. Pero tenía sus ventajas.

Era libre de hacer lo que quisiera, salir y volver a la hora que me plazca sin tener que dar ninguna explicación.

Y podía organizar fiestas. Aunque en realidad no me gustaba mucho organizarlas. Prefería asistir a las de otras personas.

Como sea.

Me fijé la hora en mi celular. Las siete. Contaba con el tiempo necesario para llegar al instituto.

No había investigado mucho acerca de este instituto pero sabía que se encontraba bastante cerca, y esa era prácticamente la única razón por la que decidí cambiarme a este instituto en especifico.

Por otro lado, la razón por la que decidí dejar mi instituto anterior es completamente distinta.

Resulta que necesitaba un cambio radical en mi vida... El año anterior no había sido el mejor sinceramente... y necesitaba alejarme de todo lo que conocía, de todo lo que alguna vez me hizo daño.

Fue algo que hice por voluntad propia, y no porque me expulsaron, como era de esperar.

En fin. 

Tomé mis cosas, salí de mi casa y me subí a mi bicicleta que, por cierto, es negra. Que sorpresa.

Seguidamente me puse los auriculares y empezó a sonar Boys don't cry de The cure mientras salía para el instituto.
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- Tome asiento señorita...

- Johnson. Scarlet Johnson.- le respondí al director. Se trataba de un hombre calvo con cara alargada y mirada de pocos amigos. Él se limitó a asentir y se puso a buscar unos papeles.

Me encontraba en su despacho el cual estaba lleno de trofeos y diplomas de quién sabe que año.
Me senté rápidamente mientras esperaba a que me de mi horario.

- Tengo entendido que tenías las costumbre de saltearte las clases en tu otro instituto. En la secundaría Lakewood no se aceptan tales comportamientos, y me veré obligado a expulsarte si llega a ser el caso.- me advirtió severamente.

Mierda.

Estaba a punto de contestarle cuando alguien abrió la puerta del despacho.

- ¿Señor Smith? Necesito hablar con usted sobre l... - Una chica morocha se fue callando al percatarse de mi presencia.- Ehh, hola. Soy Lena.

-Soy Scarlet.- le sonreí.

-No es el momento Lena, hablamos más tarde.-dijo, o más bien gritó el señor Smith.

Ella se río no tan disimuladamente, y se fue golpeando la puerta.

- ¿Qué estaba diciendo?- siguió el director.

- ¿que me tenía que ir a clase?- respondí, cansada.

- No exactamente, pero aquí tienes el horario.

Lo tomé y salí corriendo del despacho del director. Lo primero que hice fue fijarme en mi horario.

¿Tres horas de historia? ¿Tres malditas horas seguidas de historia?

Todo ocurrió tan rápido. Y no se como es que pasó, pero en unos minutos todo se fue a la mierda. 

¿Que hacía mi ex en mi instituto?

O al menos eso es lo que yo pensaba.