Cap.-2.Esa música de piano.

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Arturo se levanta asustado de la cama, se dirige a la puerta de su cuarto y la abre. Entonces se oye más fuerte, la música. Es una música triste. Sale de su habitación y se acerca a la recámara, que está al lado de la suya.
Por debajo de la puerta,se ve una luz blanquecina.
Golpea la puerta con los nudillos de la mano.
- Oiga, hay alguien ahí?.
Abuela, eres tú?. Pregunta Arturo intrigado, sin saber quién estaba dentro y porque había una luz encendida. Y quién, estaba tocando el viejo piano del abuelo?
-Qué pasa aquí?.-Pregunta su abuela, que sale de su cuarto en camisón de dormir y pantuflas.
- Abuela, perdona; es que escuché música que venía del cuarto, contiguo al mío. Y por debajo, se veía una luz blanca. Como si hubiera alguien, tocando el piano.
- No te asustes, hijo. Es tu abuelo, que le gusta tocar el piano por la noche.
-Y se encierra,con llave.?
-Sí, es que... el pobre...no está bien... Tranquilo, que no pasa nada. Que duermas bien.
. . .
Al día siguiente se levantaron temprano; Cecilia y Arturo, para ayudar a la abuela con las tareas diarias.
-Voy a ir a los mandados. Si quieren, pueden ver alguna película en el televisor o dar un paseo por el campo. No hagan mucho ruido, que está el abuelo dormido.
Se fue la anciana señora y Arturo le pregunta a Cecilia.
- Vamos a ver el cuarto que está, al lado del mío? Estará abierto ahora?
- Eso es un desván. Una habitación, donde ponen muebles viejos; que le dan lastima de tirar. Antes era el dormitorio, de una prima tuya.
-Una prima mía, dormía ahí?. Escuché ésta noche, una música muy triste. Salía luz por debajo, de la puerta.
- Sí, tu prima Laura. Tus tíos murieron en un accidente y tus abuelos, se quedaron con tu prima. Que era pequeña todavía.
-Ah...y ya no vive... aquí?
-No Arturo. Ni aquí, ni en ningún sitio. Le entró una enfermedad de los nervios y murió.
-Qué pena, me hubiera gustado conocerla.
-Y la conocerás...(Dijo Cecilia sonriente; con un tono de voz extraño.
Arturo la miró sintiendo un escalofrío, por el cuerpo. Pensando que niña, más rara. Se parece a Miércoles Adams.
Suben arriba, para saludar al abuelo; al cual han escuchado toser.
-Abuelo! Cuánto tiempo sin verte!. Vine ayer, casi por la noche. Y tú, ya estabas acostado.
-Sí, Arturito. Me acuesto temprano. Yo también me alegro mucho de verte!.
-Abuelo; es cierto que te levantas a medianoche, para ir al desván y tocar el piano.?
- Quién te ha dicho, eso?- Pregunta el hombre molesto.- Seguro; que te lo dijo, tu abuela. Yo no soy, hijo. Mis manos; ya no sirven para tocar ese piano, tan viejo cómo yo.



En el desván.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora