Arturo se levanta asustado de la cama, se dirige a la puerta de su cuarto y la abre. Entonces se oye más fuerte, la música. Es una música triste. Sale de su habitación y se acerca a la recámara, que está al lado de la suya.
Por debajo de la puerta,se ve una luz blanquecina.
Golpea la puerta con los nudillos de la mano.
- Oiga, hay alguien ahí?.
Abuela, eres tú?. Pregunta Arturo intrigado, sin saber quién estaba dentro y porque había una luz encendida. Y quién, estaba tocando el viejo piano del abuelo?
-Qué pasa aquí?.-Pregunta su abuela, que sale de su cuarto en camisón de dormir y pantuflas.
- Abuela, perdona; es que escuché música que venía del cuarto, contiguo al mío. Y por debajo, se veía una luz blanca. Como si hubiera alguien, tocando el piano.
- No te asustes, hijo. Es tu abuelo, que le gusta tocar el piano por la noche.
-Y se encierra,con llave.?
-Sí, es que... el pobre...no está bien... Tranquilo, que no pasa nada. Que duermas bien.
. . .
Al día siguiente se levantaron temprano; Cecilia y Arturo, para ayudar a la abuela con las tareas diarias.
-Voy a ir a los mandados. Si quieren, pueden ver alguna película en el televisor o dar un paseo por el campo. No hagan mucho ruido, que está el abuelo dormido.
Se fue la anciana señora y Arturo le pregunta a Cecilia.
- Vamos a ver el cuarto que está, al lado del mío? Estará abierto ahora?
- Eso es un desván. Una habitación, donde ponen muebles viejos; que le dan lastima de tirar. Antes era el dormitorio, de una prima tuya.
-Una prima mía, dormía ahí?. Escuché ésta noche, una música muy triste. Salía luz por debajo, de la puerta.
- Sí, tu prima Laura. Tus tíos murieron en un accidente y tus abuelos, se quedaron con tu prima. Que era pequeña todavía.
-Ah...y ya no vive... aquí?
-No Arturo. Ni aquí, ni en ningún sitio. Le entró una enfermedad de los nervios y murió.
-Qué pena, me hubiera gustado conocerla.
-Y la conocerás...(Dijo Cecilia sonriente; con un tono de voz extraño.
Arturo la miró sintiendo un escalofrío, por el cuerpo. Pensando que niña, más rara. Se parece a Miércoles Adams.
Suben arriba, para saludar al abuelo; al cual han escuchado toser.
-Abuelo! Cuánto tiempo sin verte!. Vine ayer, casi por la noche. Y tú, ya estabas acostado.
-Sí, Arturito. Me acuesto temprano. Yo también me alegro mucho de verte!.
-Abuelo; es cierto que te levantas a medianoche, para ir al desván y tocar el piano.?
- Quién te ha dicho, eso?- Pregunta el hombre molesto.- Seguro; que te lo dijo, tu abuela. Yo no soy, hijo. Mis manos; ya no sirven para tocar ese piano, tan viejo cómo yo.
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En el desván.
HorrorArturo, va a pasar las vacaciones de verano; en casa de su abuela paterna: Engracia. Ésta vive en un pueblo cercano, al campo. Con ella, vive una chica joven. Ésta le muestra todas las habitaciones de la planta alta de la casa, menos una. Qué miste...