《 The End 》

127 18 4
                                    

Cuando el sol de las seis se encontraba en el horizonte, Yoongi y Hoseok tomaron sus cosas y se fueron de el lago, la brisa era muy cálida, el cielo se había puesto naranja con destellos púrpura, la tarde les llenaba el alma.

Tras conducir por minutos gastados en pláticas, habían llegado de nuevo a la ciudad.

-Me agradó pasar esta mañana y tarde contigo Jung Hoseok - comentó Yoongi mientras se encargaba de manejar el Mercedes.

-¿Entonces ya me irás a dejar a la mansión? ¿tan pronto? - Hoseok formó una expresión de preocupación, usando un tono infantil que hizo a Min enseñar sus rosas encías y marcar las arrugas a los costados de sus ojos.

-Si sigues hablando de esa manera harás que te lleve a mi casa, y eso no le gustará a tus padres. Detente.

-Olvida que este es mi primer día siendo mayor de edad, y ¿Qué tienen de malo ir a su casa? - Hoseok se acomodó en su lugar y comenzó a jugar con sus largos dedos. Despegarse de Min Yoongi comenzaba a preocuparle.

-Tienes que ir a casa Hoseok.

-Ahora sí está tomando el papel de el mayor ¿No? Hace unas horas usted fue quien compró los algodones de azúcar porque el señor los hacía con forma de conejos - El auto freno abruptamente de repente.

-¿Qué estás diciendo? Yo los compré por ti - Min comenzó a reír nervioso, retomó de nuevo el camino.

-Lo que digas. Sinceramente, no tengo ganas de volver a casa...quiero pasar todo lo que resta de el día con usted, ¿porque no quiere llevarme a su casa?

-No entiendas mal Hoseok, me gusta estar contigo, eres muy lindo. Pero no quiero que tus padres se molesten contigo por mi culpa, quiero darles una buena imagen de mí.

-Te entiendo, pero ya no soy un bebé, hoy fue mi primer día como mayor de edad, tengo derecho a llegar tarde, o si quiero no llegar a casa, no estoy consumiendo ningún tipo de drogas, no iré a ningún bar a pagar por putas y alcohol, tampoco voy por la calle embaranzado a las chicas. Sólo iré a la casa de mi amigo y tal vez no llegaré hoy...sé que estoy en buenas manos. - su mano se estiró hasta llegar a la pierna de Min, y la acarició un poco.

Hoseok se sentía tan atraído por Min Yoongi, de alguna forma, más rápida que la luz, sintió algo embriagante por aquel chico el día anterior que se conocieron, aceptaba que sinceramente no estaba enamorado, eso sería un sentimiento muy hipócrita, pero por algo se empieza, estaba seguro que de pasar más tiempo con Min, se enamoraría jodidamente, más allá de sólo ese precioso físico que lo hacia parpadear lentamente.

-No hagas eso, P-porfavor, Hoseok.

Su voz se quebró de pronto cuando sintió la mano de Hoseok tocar su parte íntima por encima de sus pantalones, sintió escalofríos, su estómago se revolvió, esa mano, tan linda y traviesa lograba ponerle tan sencible, estaba hecho un desastre.

-¿Hacer qué? -preguntó Hoseok con una sonrisa que parecía como si nunca había tocado a un hombre, pero valla que sabía lo que estaba haciendo.

-Basta, estoy conduciendo ahora. Cuando lleguemos a mi casa jugaremos.

Hoseok se sorprendió de aquello, pero más fue su vergüenza que miró hacia otro lado y tapó su sonrisa disimuladamente. Min Yoongi no se cansaba de incomodarlo.

Al fin habían llegado a la casa de Min. Aparcó el auto frente un portal negro no tan grande como Hoseok esperaba, al igual que sus expectativas hacia la casa del joven Min. Pero se llevó una gran sorpresa y extrañes cuando vio que la casa del propietario era bastante discreta y sin nada de lujos, nada como la residencia de él.

-Bueno, ya hemos llegado, yo sacaré las cosas de la cajuela, mientras entra a la casa si gustas, siéntate como en tu casa.

Dijo Yoongi y bajó del auto. Hoseok con algo de timidez al entrar por primera vez a la casa de el hombre que le gustaba, abrió el portal, y atravesó un jardín pequeño pero lindo, saludable, y acogedor.

La puerta principal de la casa tampoco tenía llave igual que el portal, nada ahí dejaba de parecerle extraño, pero talvez la soledad en la que se encontraban significaba que Yoongi no tenía la necesidad de asegurar su casa de cualquier intruso.

Finalmente se dignó a entrar a la casa. Dio el primer paso y un olor peculiar a tierra húmeda golpeó sus fosas nasales. Pero ese olor no era totalmente extraño para él, Hoseok lo conocía, lo recordaba de cuando iba a el bosque cerca de su mansión, en esos tiempos, pero decidió ignorarlo porque le parecía una estúpides lo que estaba pensando.

Miró con más detalle todo, la verdad es que por dentro todo estaba hecho un desorden, le desagrado un poco ya que no estaba acostumbrando a ese tipo de ambiente.

A un lado de la puerta habían unas botas sucias, llenas de lodo y estaban algo mojadas, ya que en esos días había llovido, y le pareció extraño ya que Yoongi mencionó algo sobre no salir muy seguido de casa debido a la temporada lluviosa.

En el centro había una mesa de madera, y encima se encontraban unos vinoculares, una cámara, y muchas fotos regadas por todas partes, pero no las alcanzaba a mirar bien.

Algo comenzaba a incomodarlo ahí dentro, y decidió salir para buscar a Yoongi ya que estaba tardando mucho.

Pero al momento de girar su cuerpo chocó con el de Yoongi, y lo primero que vio fue una sonrisa grande mirándolo.

-Yoongi, perdón...tardaste mucho. - comentó y río algo apenado.

-Las cosas estaban algo pesadas así que...- Yoongi miró los zapatos de Hoseok - Están mojados ¿Porqué no te los quitas mientras? Te daré otros.

-Está bien, gracias -Hoseok hizo lo que Yoongi le pidió y dejó sus zapatos a un lado de la puerta, junto a las botas de Yoongi.

Mientras Min dejó las cosas que traía en manos en el suelo e hizo una señal con las manos para que Hoseok lo siguiera.

-Ven, creo que tenía unos zapatos para estar dentro de la casa por aquí.

Hoseok lo siguió por detrás con una sonrisita. Yoongi abrió una puerta de madera, eran unas cortas escaleras hacia abajo, y el interior parecía un sótano, sólo una bombilla iluminaba el interior, habían varios objetos y cajas. 

-Entra y busca unos zapatos, deben estar por ahí, yo mientras iré a preparar café caliente.

-¿Qué es aquí? - Preguntó Hoseok bajando dos escalones con cuidado.

-Es sólo una habitación donde guardo las cosas que no caben en la sala de estar...y también las cosas que más amo.

-Cosas que amas ¿eh? ¿Cómo qué cosas?

Hoseok comenzó a buscar con la poca luz que había dentro.

-Sí...las cosas que amo, y que me pertenecen sólo a mí, que nadie más puede tocar. Mis secretos más dulces, hermanito.

Hoseok dejó de sentir sus pies en la tierra, su huesos se pusieron tensos, y su corazón dejó de latir.

Y antes de que pudiera hacer algo, la puerta se cerró de un golpe, y la luz se apagó. Estaba entre la oscuridad más terrorífica de su vida, no podía moverse, no podía creerlo, quería llorar. Estaba atrapado otra vez, o en realidad, nunca se liberó de él.








The end.




-Jdope_girl



 Sweet Secret; 《Yoonseok》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora