Tan solitarios, tú y yo, corazón.
Estás ahí, taciturno, paciente,
Olvidado sin razón.
Buscando a alguien que te invente.
Esta alma tan grande, tan reducida,
Que compartimos,
Ya no quiere sentir lo que sentimos,
Lo que quiere es emprender la huida.
Pero a quién podemos mentir,
Queremos volar, irnos lejos
A un lugar donde no tengamos que fingir,
Donde se entierren recueros viejos.
No nos dejemos consumir, corazón,
Aunque la rutina nos lleve.