Y al fin la espera acabó

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El día había llegado

Estaba muy ansiosa. y con decir Muy, es porque en verdad estaba Muy ansiosa.

Cuando quedaba tan solo unos minutos y empecé a sentirme nerviosa. No quería que llegara la hora para salir.

Al quedar tan solo 15 minutos, me retoqué el labial, observé mi brazo. Seguían las heridas con un matiz rojo. Ajusté mis pulseras, mi camiseta y le dije a mi madre que iba a salir a juntarme con mis amigas

- Avisame cuando llegues- Me espetó -¿Llevas el celular, verdad?

-Sí - Asentí con la cabeza

-Llevas el chaleco, así que no hay drama, anda - Me dijo.

Salí y me encaminé a la plaza que había propuesto Darío, me dijo que nos juntemos en una esquina y luego nos ibamos juntos

Sentí a alguien tras mío

Me tapó los ojos

Me asusté y lancé una patada

-¡Auch!- Oí

-¿Darío?- Me llevé las manos a la boca - Lo siento, disculpa, pensé que me iban a asaltar

-No te preocupes - se tocó la rodilla - Para la próxima intentaré ser más notorio

-Mejor- suspiré- ¿Tus amigos?

-Caminemos

-¿Dónde iremos después? No me dijiste - Hice un puchero

-Es una sorpresa

Me resigné

Caminamos por una calle que no conocía y a lo lejos vi una plaza y unas personas. Supuse que eran los amigos de Darío

Nos acercamos y me saludaron. Al parecer sabían que iba a ir yo y me conocían. Se presentaron

El más alto me saludó

-Hola Vale- ¿Cómo recórcholis se sabía mi nombre?- Me llamo Alejandro, por cierto, eres muy linda. Darío nos habló de tí  - me sonrojé

Siguió el chico de pelo castaño

-Hola linda - ¿Por qué pensaba así?, no era así - ¿Qué tal? Me llamo Chriz

-¿Cómo conociste a Darío?, si es tan feo jajaja - Me preguntó Alejandro

Supe que se molestaban entre ellos

-Él me habló - contesté y levanté los hombros, mostrando indiferencia - Me siguió prácticamente e hizo un truco de magia - lo miré, tratando de ocultar una risa

-No fue un truco de magia - Darío me miró - fue algo sorpresa - Fulminó con la mirada a Alejandro

-Oye, a lo que vamos - Dijo Chriz - ¿A comer?

No, no por favor, comida nada. 

Rugió mi estómago

-Sí, vamos - Dijo Alejandro. Al parecer nadie había escuchado

-Pero tapémosle los ojos a la Vale, ¿No, Darío? - No supe quién fue 

Sentí una cinta sobre mis ojos y no vi nada más

- Vamos - Dijo Darío

Alguien me tomó de la mano, estaba calentita

-Qué helada tu mano - Dijo alguien

-Soy una piedra ahora

-¿Te mueves?

-Sí, es por la temperatura, jajaja - dije

Mi chico perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora