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Último día del año, a escasos metros estaba él.
Ahí parado mirando el celular, mientras que toda la gente se preparaba para brindar.
Llega el brindis, y saludo a mi familia y amigos, lo saludo; pareció algo ordinario pero no me persigo con eso. Termino de saludar y hacemos una ronda para bailar a penas empieza la música.

Se hace la una de la mañana y él sigue pegado al teléfono, lo molesto, le digo que deje el celular, me ignora y continúa.
Dos de la mañana, vuelvo a molestarlo y vuelve a ignorarme.

Dos y media, todos afuera del establecimiento esperando a quienes llevaban el hielo para el alcohol, se pone a hablar con amigos del grupo en el que estamos y me introduzco en la conversación simplemente para intercambiar alguna que otra palabra con él.
Pasan las 3, con suerte cruzamos cinco palabras muy irrelevantes.
Me acerco a donde estaba él con su vaso y (obviamente) su celular.
- ¿Seguís acá con el teléfono? -le digo
- Si... - y hace un buen trago al fernet con coca que estaba tomando - ¡Qué asco! , esto está caliente, puro y feo - agrega y se nota que no está muy sobrio.
Le saco su vaso, y cuando se pone de pie se nota que había tomado mucho
- ¡Dame mi vaso! - me grita - Dale por favor Lu, devolveme mi vaso.
Le respondo que no se lo voy a dar, en lo que una chica que no era de nuestro grupo se ríe de la situación.
Pasa la noche, sigue pidiendo su vaso, sigo sin dárselo y esta chica lo cargosea.
Ya resignada a nada va a pasar, le devuelvo su vaso y me voy con mis amigas.

Al rato lo veo bastante ebrio y tomo la decisión de cuidarlo, me siento y lo siento delante mío, habla demasiadas estupideces pero lo tolero.
Me divierto con él en la medida que puedo, río con y de él.

Seis de la mañana, el sol ya comienza a asomarse, él quiere irse con una amiga, lo dejo y me voy a dormir.
Pasan las seis y se convierten en las siete, no los vimos llegar, ni a él ni a ella.
Lo vamos a buscar con su hermano, y los encontramos besándose.
Los llamamos para que vuelvan; una vez en el establecimiento un amigo lo lleva a dormir y yo me voy a dormir.

Nueve de la mañana no paro de dar vueltas, no puedo dormir, así que decido ir a tomar sol a la playa, pero a los pocos minutos vuelvo ya que no tolero hacerlo sola. Me acuesto a dormir pensando en que mañana será otro día.

31/12Donde viven las historias. Descúbrelo ahora