Capítulo IX - Un Primer Día lleno de sorpresas.

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"Lo inevitable rara vez sucede, es lo inesperado lo que suele ocurrir."

~ John Maynard Keynes.


Narra Ari

Mes y medio se va volando.

Ya estamos en Agosto... es un mes muy especial.

Y sin embargo, ha pasado muchísimo. Trataré de resumírselos. Tengo todo listo para empezar con mis clases de gastronomía, la emoción es indescriptible. Desde que le dije que sí a Don Massimo y luego, con Temo, le dije de mi decisión a mis papás, he estado esperando con ansias que este día llegue.

Don Massimo me inscribió en La Universidad La Salle de Oaxaca en la carrera de Gastronomía, todavía no me lo puedo creer. Él pagará todo con la promesa que dé lo mejor de mí y que trabaje con él en su restaurante recién inaugurado. Me tiene mucha confianza. He aprendido a agarrarle mucho cariño, es un hombre encantador y me gusta pensar que así de bien me pude haber llevado con mi abuelito Canuto cuando se reencontró con nosotros antes de morir.

Hasta he convivido más con Guido, el primo de Gabriel, él está más pendiente del asunto de la inauguración del restaurante y le he dado una mano ayudándolo de vez en cuando. Es un chico bastante delicado según me contaba Don Massimo, perder a sus padres hace años y ser un enfermizo, hacen de él un chavo bastante "especial" según dice su nonno. Inestable, llegó a decir un día.

Debo levantarme ya, Temo y Alexa empiezan clases también hoy, y me los imagino que ambos ya deben estar perfumados y arreglados ¿Y yo? Pues mi cama no me quiere soltar, la emoción es grande pero mi cama tiene otras ideas.


Videollamada Entrante


Yo: Buenos días, bebé – contesté medio dormido

Temo: ¿Qué tal me veo? – se dio una vuelta

Yo: Tienes mucha ropa...

Temo: Menso – se ríe – ¿Ari ya viste la hora? Deberías estarte arreglando...

Yo: Mi amor, mi cerebro dice levántate, pero mi cama me dice que no le haga caso...

Temo: Aristóteles Córcega Castañeda, en 15 paso por ti y te quiero ver listo.

Yo: Bueno, bueno... como su majestad ordene – dije burlón

Temo: ¿Y todavía te burlas de mí? A ver, sal de esa cama, órale quiero verte de pie, ándale.

Yo: Si tú lo dices...


Lo que Temo no se esperaba es que al salir de la cama estuviese como Dios me trajo al mundo. Noté que sus mejillas se sonrojaron y sus ojos se abrieron más, así como su cuello impulsaba su cabeza hacia adelante como con ganas de meterse en la pantalla de su celular.


Temo: Veo que n-no usaste pij-jama...

Yo: Hacía mucho calor anoche... de hecho, estoy muy sudado...

Temo: No sigas por favor – cerró sus ojos

Yo: Y más sudado estuve anoche que pensaba en ti...

Temo: Ay... – seguía con los ojos cerrados y cada vez más rojo – ¿Qué tanto me extrañaste?...

Yo: Como unas tres veces creo – reí

Enséñame a Vivir - Aristemo (T3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora